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la mirada

La paciencia es revolucionaria

Beiras, la estrella emergente dispuesta a remover a Alberto Núñez Feijóo de la Xunta, se ha desinflado, y "la paciencia revolucionaria" del BNG ha dado sus frutos

"La paciencia es revolucionaria", pronosticaba Guillerme Vázquez cuando hace ocho años Xosé Manuel Beiras y sus seguidores asestaban un duro golpe a la formación frentista, que hasta aquel momento se jactaba de ser la casa común del nacionalismo gallego. El miércoles se cumplirán ocho años de la marcha del histórico dirigente nacionalista del BNG y el viernes, otros ocho años del paso al frente de Ana Pontón, como portavoz parlamentaria en la Cámara Autonómica. Sustituía a Carlos Aymerich, otro referente del nacionalismo que también daba un paso atrás descontento con el devenir de su organización. Pontón empezaba a perfilarse como la nueva líder del BNG, responsabilidad que asumiría cuatro años después.

Guillerme Vázquez, entonces portavoz nacional del Bloque, recurría a una frase mítica de la izquierda revolucionaria para pedir a los suyos que aguantasen y capesaen el temporal. El tiempo le dio la razón, pero entonces eran muchos los que pronosticaban el fin del BNG, su declive hacia la irrelevancia, ... La agonía se prolongó porque en su ocaso los electores pronto le encontraron sustituto.

El 12 de febrero de hace ocho años, Beiras oficializaba su salida de la formación que lideró durante veinte años y que llevó a lo más alto (18 escaños y alternativa al PPdeG en las elecciones de 1997). Ese mismo día ya anunciaba su intención de "crear otro BNG, un frente amplio, nacional, plural y con el centro de gravedad en la izquierda". Beiras se propuso que sus Irmandiños, luego rebautizados como Anova, fuesen "uno de los motores de un frente que incorpore a plataformas socialistas, ecologistas y el 15-M". Este nuevo movimiento supo capitalizar el descontento social por los recortes que trajo consigo la crisis económica. De ahí nació AGE (Alternativa Galega de Esquerdas) tras su alianza con Esquerda Unida . Y las mareas locales, que se hicieron con las alcaldías de Santiago, A Coruña y Ferrol, y por último En Marea, que en 2016 lograba liderar la oposición en la Cámara autonómica.

Ocho años después, la estrella emergente dispuesta a remover a Alberto Núñez Feijóo de la Xunta y "la paciencia revolucionaria" del BNG ha dado sus frutos. La formación frentista ha regresado al Congreso de los Diputados y espera sacar oro de su escaño en la Cámara Baja. También confía aumentar los seis diputados que ahora tiene en el Parlamento gallego y recuperar el puesto que le arrebató En Marea. Le ayuda la crisis en la que está sumida quien iba a ser su relevo.

El BNG llega a este punto con las filas magras, pero prietas, y sin dudar de su rumbo. Sin titubeos, aunque los cantos de sirena le invitaban a aliarse con las fuerzas rupturistas surgidas al calor de la crisis económica.

En un tiempo, en que los partidos y sus dirigentes mudan de criterio a golpe de tuit y según ondee el viento de la opinión pública, el BNG, bajo el férreo control de la UPG, ha permanecido fiel a su pensamiento, aunque éste no sea compartido por la mayoría de los gallegos y le impida agrandar su base electoral. Así fueron en coalición con ERC y Bildu en las pasadas elecciones europeas, aún a sabiendas de que sus socios suscitan rechazo a muchos potenciales votantes.

Y esta semana, junto a las demás fuerzas políticas independentistas, soberanistas y republicanas del Congreso, no acudió a la inauguración de la legislatura presidida por el Rey. Nestor Rego, el portavoz del BNG, hizo suyo un manifiesto que reza que la sociedad catalana, vasca y gallega "rechazan mayoritariamente" la figura de una institución, la monárquica, que se sustenta en el objetivo de "imponer la unidad de España y sus leyes, negando los derechos civiles, políticos y nacionales" que asisten a la ciudadanía. ¿Seguro que la sociedad gallega piensa eso?

El resurgir del BNG pasa porque gallegos, que no se declaran nacionalistas pero se sienten tan gallegos como españoles y quieren proteger su lengua y su cultura y preservar su singularidad, pasen por alto parte del ideario de la fuerza frentista porque vean al Bloque una fuerza útil. Es decir, que los votantes apuesten por el sentido práctico. Por eso acierta la formación de Pontón cuando no se pliega ante el Gobierno de Pedro Sánchez, y exige el pago de la deuda del IVA, y no le deja al PPdeG esta bandera.

El renacer del BNG se alimenta del fracaso de En Marea, ahora fracturada en la Cámara gallega con cinco diputados en el Mixto, liderados por Luís Villares, y los 9 diputados del Grupo Común da Esquerda, compuesto por Podemos, EU y Anova. En Marea fue el mirlo blanco de la izquierda gallega y llegará a las elecciones de este año rota. Por un lado, Podemos y Esquerda Unida, y quizás Anova y las mareas locales, y por otro En Marea, que persiste en presentarse a los comicios, pese a que en las elecciones generales de 28-A solo recabó el 1% de los votos.

La historia de la izquierda rupturista en Galicia fue un devenir de traiciones, deslealtades y luchas de poder en plan Juego de Tronos. Con cada pelea interna se quedaban por el camino miles de votantes que hartos de los partidos de siempre habían apostado por el viento fresco de este movimiento ciudadano. La llegada al poder en Madrid y el nombramiento de Yolanda Díaz como ministra de Trabajo pueden paliar pero no evitar el retroceso electoral

Con la urgencia de si Feijóo adelantará o no los comicios, condicionado por los escenarios vasco y catalán, Podemos y EU, en este momento el principal referente de la izquierda rupturista en Galicia, carecen de cabeza de cartel.

Las de 2020 serán las elecciones más difíciles a las que se enfrente el titular de la Xunta. La división de la izquierda le puede ayudar a retener el poder. Por lo pronto el líder del PPdeG empieza a dar pistas de que dará la batalla. Pocos en su partido lo dudaban, pero aplacó el temor de los suyos a una espantada ante una eventual derrota,y ayer mismo dijo a sus bases: "Haga lo que haga será lo que queréis que haga" y lo que su partido pretende es que repita como candidato y logre su cuarta mayoría absoluta.

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