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Santiago Lago Peñas.

Los desequilibrios fiscales que nos atan

Para contextualizar la coyuntura fiscal actual española, en el gráfico adjunto se representa el déficit público estructural en los países de la Unión Europea (UE). Una medida que elimina el efecto del ciclo económico, permite conocer la coherencia de fondo entre gastos e ingresos públicos en cada país, y comparar cifras. La estimación corresponde al año 2019 y ha sido elaborada por la Comisión Europea. España aparece en el grupo de peor desempeño. Solo Francia, Hungría y Rumanía muestran un déficit estructural por encima del español. Aclaración: este déficit estructural viene arrastrado ya desde los Gobiernos de Rodríguez Zapatero y Rajoy; no es cosa de Pedro Sánchez.

Por su parte, con una ratio de 98.9%, nos situamos en el séptimo lugar en la UE-28 por nuestro volumen de deuda pública expresado como porcentaje de PIB, claramente por encima de la media de la zona euro (86.4%) y de la UE-27 (80.5%). Solo los países de sur de Europa (Grecia, Italia, Portugal, Chipre, Francia) y Bélgica están por encima. Una ratio tan elevada supera con creces el límite de referencia en la Unión Europa (60%), limita enormemente la capacidad para utilizar la política fiscal nacional como herramienta de gestión macroeconómica y aumenta la sensibilidad de la economía ante tensiones sobre la deuda soberana o subidas de tipos de interés.

En definitiva, España (al igual que Francia y, en menor medida, Italia y Bélgica) se enfrenta a un problema de deuda pública excesiva que no está siendo resuelto. España no ha aprovechado el fuerte crecimiento económico desde 2014 para reducir la ratio de deuda. Tan solo ha sido capaz de estabilizarla en el entorno del 100%. Según cálculos de la AIReF, el efecto positivo del crecimiento del PIB nominal habría permitido reducir la ratio 18 puntos porcentuales hasta 2019 (lo que nos situaría hoy en la media de la UE-27), pero el déficit estructural ha compensado el efecto casi en su totalidad.

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En estas condiciones y como desarrollo en un artículo publicado esta semana en Cuadernos de información Económica publicada por FUNCAS, el margen de maniobra del Gobierno español para elaborar los PGE-2020 incorporando todas las promesas de gasto en el programa electoral del PSOE, en el pacto de coalición y en los acuerdos con los partidos regionalistas y nacionalistas es extraordinariamente pequeño. Si el Gobierno logra cuadrar todo y convencer a Bruselas, será un enorme éxito.

*Director de GEN (Universidad de Vigo)

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