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Jaén está en Finlandia

Sobre la semana laboral de cuatro días

El cambio del modelo laboral es la abstracta solución, el remedio común al que se recurre para salvar el contraste entre el elevado porcentaje de la población en edad de trabajar que sufre desempleo crónico y los abocados a jornadas laborales que no dejan resquicio para la vida. Y es una solución abstracta porque no existe ningún intento político profundo de abordar uno de los elementos claves de una sociedad en la que la ocupación tiene un estrecho vínculo con la identidad individual. Son secuelas de una crisis que íbamos a afrontar con una refundación del capitalismo, según propósito de personajes nada sospechosos de portar el virus bolchevique, pero en cuyo desenlace nos conformamos con revertir algunos de sus efectos más perversos, también en lo laboral.

Sanna Marin, la treintañera que tiene ya el récord de ser la primera ministra más joven del mundo, lanzó antes de ponerse al frente del Gobierno finlandés la sugerencia de la semana laboral de cuatro días como forma de concentrar la productividad y reducir las emisiones que generan miles de desplazamientos diarios para acudir al trabajo. Era una propuesta a título personal y, por ello, todavía está al margen de los planes gubernativos, pero la idea de que Finlandia es lo más parecido a un paraíso frío contribuye a que aparezcan ya como la posible vanguardia de una nueva conquista laboral.

El mérito de Finlandia consiste en haber avanzado hacia su propio modelo social forzada por severas circunstancias territoriales y económicas. En "Crisis", su libro más reciente, ese hombre de múltiples y amplios saberes que es Jared Diamond analiza el caso finés entre las sociedades que supieron encarar con acierto sus momentos más críticos. Con un pasado reciente marcado por una guerra muy cruenta con la Unión Soviética, y un cruce exitoso de lo ecológico con lo tecnológico, los seis millones de finlandeses ejemplifican como pocos casos la capacidad de una comunidad para transformarse.

Al conjunto de condiciones que hacen de Finlandia un modelo de bienestar quizá haya que sumar en el futuro esa innovación de la semana de cuatro días que, de generalizarse, sería una medida equiparable a la implantación de la semana de 40 horas. Hay dudas, sin embargo, de que resulte un modelo de organización extensible a todos los sectores, como demuestran los desiguales resultados de las experiencias en esa línea acometidas por algunas empresas.

En cualquier caso, y para romper estereotipos, frente a los propósitos nórdicos están las realidades meridionales. Una empresa de Jaén es desde comienzos de año la primera en España en promediar la semana entre cuatro jornadas laborables y tres de descanso. La firma pionera se dedica al software, tiene 181 empleados que atienden a más de 50.000 clientes y el mayor reto al afrontar esa medida fue elaborar su propia forma de operar ante la falta de referentes. A una escala reducida, y a su medida la compañía jienense, sigue la táctica finlandesa de indagar para desarrollar un modelo innovador.

La premisa de esa transformación consiste en reconocer que en el sistema laboral colisionan facetas de una misma vida que, pese a lo que ahora sucede, no resultan necesariamente incompatibles. Las mayores resistencias al cambio proceden de quienes cuestionan que un mayor bienestar de los trabajadores pueda conseguirse sin poner en juego los resultados económicos y no están dispuestos a renunciar a sus márgenes a cambio de lo que para ellos es un intangible. Y esos son los que van ganando.

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