Estamos en la era del declive de la fealdad. Ser fea, o feo, no se lleva. Bajo ningún precio. Las imperfecciones físicas no están de moda. Y tan en serio nos hemos tomado todo lo referente al cuidado de la imagen, que, hoy, lo último de lo último, lo más chic, lo más superguay, es la "cirugía íntima", o sea, una serie de procedimientos quirúrgicos, encaminados a mejorar la estética de los órganos sexuales. Para ellos: implantes testiculares, reducciones escrotales, aumento y engrosamiento del pene.... Para ellas: lipoinfiltraciones y "lifting" púbico o lipoescultura del Monte de Venus, rejuvenecimiento vaginal, inyecciones de grasa o reconstrucción de los labios vulvares, remodelación del clítoris, himenoplastias, liposucciones de cadera? La verdad es que todo esto parece totalmente increíble. Pero, en la actualidad, es lo que hay.
