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La base de la Escuela Naval

En buena lógica, el helicóptero que aterrizó en la Herrería podría haber pertenecido a la flotilla ubicada en la Escuela Naval Militar. Pero aquel año, las aeronaves ya habían levantado el vuelo en Marín para encontrar un nuevo acomodo en Rota. Además, nunca realizaron exhibición alguna en su entorno, porque estaban solo dedicados a prácticas de adiestramiento.

La primera base de helicópteros de la Armada se instaló en Marín en 1954. Una vez más, la mano amiga del almirante Salvador Moreno, a la sazón ministro de Marina por segunda vez, estuvo detrás de aquella decisión, igual que antes propiciara la ubicación allí de la propia ENM.

Solo tres aparatos compusieron aquella flotilla pionera. Tras un período experimental, que resultó plenamente satisfactorio, el capellán de la ENM, Fidel Gómez, bendijo los helicópteros a primeros de julio del citado año, en un acto presidido por el comandante-director, Andrés Galán.

Los pequeños biplaza fueron construidos por la Bell Helicopter Textrom. La prestigiosa empresa norteamericana formó previamente en su factoría de Texas a tres tripulantes y dos mecánicos de la Armada, primera plantilla de la base establecida en Marín. La imagen característica de su gran hangar semicircular junto al campo de deportes, cerca de la puerta principal, permanece viva en la memoria de muchos marinenses y pontevedreses.

Durante sus tres años de actividad, la base se centró en la instrucción de un elegido grupo de jefes y oficiales, así como en la preparación de las aeronaves para disparar torpedos antisubmarinos, precisamente la función que desempeñaba el helicóptero que aterrizó en la Herrería.

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