¡Qué muchedumbre de músculos, qué corpachón polideportivo! Así veía yo de niño a "Foca", Pepe Lago Villar, vecino mío que acaba de fallecer y a cuyos combates de lucha grecorromana y de lucha libre me llevaba de niño mi padre para que me enterara de que en la vida no todo iban a ser caricias. Eran otros tiempos y otro Vigo, de hace medio siglo al menos, y mi padre tenia mucho cariño a la familia Lago Villar, cuyo patriarca, Pepe, era el dueño del Casa Ligero, haciendo esquina con Joaquín Yáñez y el llamado Arco de Quirós. Cariño a él y a sus hijos, Pepe "Foca", Loli, Tabucho, Pocho, y las mellizas Merchi y Tere, con algunos de los cuales compartí juegos de infancia por el barrio viejo. Lo cuento porque murió a los 80 Pepe Lago Villar "Foca" , el segundo por edad de los hermanos y muy conocido en el Vigo de antes, no solo por su espíritu deportivo. ¡Yo recuerdo cómo admiraba de niño a Pepe "Foca", aquel joven indómito que estudió en Peritos, que luego trabajó en el Fielato de la Comandancia de Marina, que se alistó en los paracaidistas españoles y le tocó saltar desde viejos aviones sobre Sidi Ifni en 1957, cuando en plena descolonización, el régimen combatió por conservar ese territorio en el África Occidental, que quisieron arrebatarle a Franco los marroquíes. Pero es que antes, "Foca" fue buceador, nadador y remero del Náutico y yo creo que le vi peleando con aquel monstruo campeón del mundo que era Hércules Cortés en Vigo. Luego fue hostelero, montó el Martín Fierro en Gamboa, el Yuma, La cabaña... y tuvo después agitada vida que a mí se me despistó. Lo recordaremos con cariño. A Loli la veo en el gimnasio Metropolitan, también allí a Tabucho, Pocho debe estar recién vuelto de la noche de "pingüinos" en Tordesillas, motero incansable, Tere vive en Madrid, a Merchi la veo de vez en cuando... Y no me olvido de los callos del bar Ligero, su caza y su siempre abierta cocina de hierro.
