Faro de Vigo

Faro de Vigo

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Para volver al cuerpo 10

¡Cómo me cuesta recuperar el cuerpo 10 en el gimnasio tras los excesos navideños! El otro día le dije en el Metropolitan a uno de los monitores que me conformaba con mi cuerpo sexington, pero qué podía hacer para reducir esa protuberancia abdominal que se resistía y quedarme con una tabla a lo Aznar. El joven monitor me miró a lo ojos por si le estaba tomando el pelo y sentenció: "Cuando deje de leer lo que escribes en tu sección diaria ven a hablar conmigo". Claro, esta sección está llena de enredos gastronómicos a los que no soy ajeno por razones del guión. Y, como decía el monitor, la comida es el sesenta o setenta por ciento del problema abdominal. O sea que, como no voy a renunciar a mi trabajo, tendré que convivir con mi abdominal protuberancia.

¿Y si me meto en lindy hop?

Aunque se me ocurre también otra posibilidad para controlar el afán imperialista de mis carnes, que luchan por expandirse: MayeuSwing la Escuela de Baile y Club Social sita en Areal 138. Hasta el día 13 tienen una semana de puertas abiertas para quienes quieran probar si les gustan aquellos ritmos que bailaban nuestros mayores, peliculeros muchos de ellos, como el lindy hop en su versión más social, el claqué o el urban jazz. Yo casi me inclino por el lindy hop, o sea que tendré que hablar con los profes Sergi Descayre, Marta Chamosa o Lucas González, aunque no les voy a pedir que me enseñen a voltear en el aire pero sí a bailar como Ginger Rogers o Gene Kelly en el cine. Cierto es que también podría hablar con Aitor Montesinos para que me metiera en el mundo del claqué que vimos desde las butacas con Fred Astaire. O con Martin Rodríguez para aprender Urban Jazz, aunque no sé si mi cuerpo está para esos trotes. Lo que me dicen los de Mayeuswing es que ellos quieren conformar un club social de amigos, y lo están consiguiendo, y sociales son los bailes que enseñan, para que puedan acceder todos. Su teléfono, 647459930. ¡A bailar!

Adiós a Enrique Fernández

Se nos fue, aunque ya había hecho largo el tramo de su vida, uno de los últimos patrones de gran altura, sino el último, de aquella generación que se echó a la mar aún antes de la guerra civil y del congelado. En los mares coincidiría en aquellos años del prodigio de la pesca desde Vigo con García Piay, Andonegui, José Loira, Justo Goberna, los hermanos Álvarez, "Chaleco"... Murió a los 98 Enrique Fernández "Chorito" (padre entre otros de María Fernández, del restaurante "Las Marías" de Hío). El veterano lobo de mar empezó en los años 30 con su padre en el Gran Sol, cuando tenía 14 o 15 años. Eso le permitió ser testigo desde su barco de madera con caldera a vapor de escenas de la II Guerra Mundial en aquellas aguas del Gran Sol doblemente peligrosas porque a las tormentas se añadían los submarinos y aviones alemanes. A los 28 años se hizo patrón de altura, se casó, se fue al País Vasco, conoció la pesca del bacalao en Terranova y volvió a Vigo para trabajar en Pescanova con el congelado en Sudáfrica... De él decían que era muy bueno en la pesca del langostino y de los primeros que pensaron en la comercialización de los santiaguiños. Un adiós sentido.

Compartir el artículo

stats