Últimamente salir a bailar de noche es aceptar reguetón y poco más. Los que no nos atrae demasiado ese estilo estamos en un desierto. Pero se vislumbra un rayo de esperanza. Desde hace más de cinco años, el hostelero vigués Karlos Rodríguez, alma máter del "Island Club", está apostando por una discoteca en el centro de la ciudad con un toque diferente: "Cuarenta", en la calle Rosalía de Castro. Desde hace unas semanas, con el apoyo de un equipo de históricos de la noche viguesa entre los que están Luis Cortegoso (Kremlin, Diagonal, Bar de Cholo, Metropol) en la música, Anxo (Barcheta) como RR PP, Xiria y Vanesa a las copas y cócteles, se ha decidido a completar la oferta con la Planta Baja de Cuarenta y sus sesiones musicales de fin de semana en las que se puede bailar, dice Cortegoso, el mejor pop, rock, indie, soul, funk y disco de los últimos cincuenta años. No estar a la moda (musical) está de moda y me gusta.
De Ambel a Lareo pasando por Manrique
Escribo estas líneas el jueves, anteayer para vosotros, a punto de salir con Marián Prego a la inauguración de la exposición "Cuestionarte" del pintor Ambel en el hotel Vigo Plaza de Progreso, 13. Aún no sé qué nos tiene preparado este doctor en Bellas Artes granaíno y profesor en Vigo, cuyos cuadros "urbanos" sobre Vigo son un sorprendente placer visual. Pero hoy yo tendría otra pictórica cita segura si no tuviera que coger el tren a otras demarcaciones. En otro hotel, el Ciudad de Vigo, a las 20.30 horas, la exposición sobre "informalismo dinámico" de M. Sánchez Lareo que presentará mi colega pero en culto Francisco de Pablos. Y de paso voy a comprar en la librería Cartabón "Os anxos indecisos" (Galaxia), de Manrique Fernández, novela según me dicen poblada de personajes situados en las fronteras. A ver si no.
