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Luis M. Alonso.

sol y sombra

Luis M. Alonso

El camino de Ciudadanos

España, en busca de estabilidad, necesita un partido liberal

A Ciudadanos, que aún no ha iniciado su travesía del desierto, ya le están pidiendo que tome un camino, esta vez acertado. El problema del partido liberal no sido escorarse sino creer que haciéndolo conseguiría ser hegemónico. Escorarse es para el centrismo oportunidad, por eso existen las subdenominaciones de centroizquierda y centroderecha. En el caso que nos ocupa, la ambición presumiblemente cegó a Rivera e hizo que de su magnífico posicionamiento como fuerza bisagra pasase a ser el gran derrotado de las últimas elecciones. Se veía un claro retroceso pero no el abismo de la forma en que se presentó. A la vista de dónde fueron a parar sus votos de abril los electores no le exigían un giro a la izquierda, ahí se equivocaron sus disidentes, sino probablemente menos ambigüedad y sobre todo mayor determinación.

Los cantos de sirena que ahora intentan atraer el nuevo rumbo de los liberales proceden de la izquierda que busca aprovechar su debilidad en circunstancias coyunturales y de la derecha popular que los pretende fagocitar de una vez por todas. No es fácil no volver a equivocarse.

Los partidos verdaderamente liberales nunca son mayoritarios, ahí estuvo el error de concepto de Rivera. La Ilustración tampoco lo es. Pero sí pueden ser fundamentales para la estabilidad y el gobierno de un país. Se inclinan hacia uno y otro lado de acuerdo con los intereses del equilibrio. España que necesita estabilidad precisa también de un partido como Ciudadanos en el centro del ruido y de la furia populista y nacionalista. Que no logre resurgir de las cenizas sería en cierto modo el fracaso de una sociedad inquietantemente polarizada.

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