Es un lugar común incidir en la idea de que en España el alquiler está muy poco extendido; que en Europa la cosa es muy diferente. El gráfico adjunto, procedente de un reciente informe del instituto Valenciano de Investigaciones Económicas (IVIE), muestra que este saber común hay que matizarlo, en un doble sentido. Primero, porque Alemania y Austria, los países que se suelen mentar y en los que los hogares con vivienda en alquiler se acercan a la mitad del total, son la excepción. La media de la Unión Europea es del 69.3%. Segundo, porque en 2017 el porcentaje español de hogares con vivienda en propiedad ha caído hasta el 77.1%, solo 8 puntos por encima de la media, tras aumentar cuatro puntos entre 2007 y 2017.
¿Qué explica esta modificación de patrón más que incipiente? Los cambios en las preferencias de los jóvenes, el elevado precio de la vivienda respecto a los salarios, el empleo temporal, el fin de las desgravaciones para compra de vivienda y el reforzamiento de las ventajas fiscales al alquiler son los factores principales. Factores que no van a dejar de operar en los próximos años y van a presionar para que sigamos convergiendo hacia la media de la UE.
Este es otro motivo para reorientar las políticas de vivienda en España. Hay que abandonar la apuesta por la propiedad e invertir en parques públicos de vivienda en alquiler, en parte alimentados por viviendas rehabilitadas y gestionados preferentemente a escala municipal. El Gráfico muestra claramente esa carencia de viviendas a precio inferior al mercado, que es particularmente relevante para que los más jóvenes puedan emanciparse.
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*Director de GEN (Universidad de Vigo)
