Faro de Vigo

Faro de Vigo

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

De cocido, en el Soutomaior

Vive Dios que os daré cumplida foto de ello porque tras la queimada ha posado para FARO todo el personal acreditado para el cocido, desde la más alta instancia política del lugar, el presidente del Parlamento Gallego, Miguel Ángel Santalices, hasta la más baja del arco político, por ejemplo yo mismo, que no soy en eso nada. Estuvimos en el cocido anual de porco celta que organiza Pepe Fernández en su restaurante vigués Soutomaior y allí gozamos del condumio, quizás el más sabroso de los últimos años, dimos vivas al personal, que da gusto la buena relación que tiene con el jefe y, sobre todo, vivimos una gran fraternidad ideológica un día antes de las elecciones. Claro, allí estaba desde una cumplida representación del nacionalismo hasta otra del PP, pasando por el PSOE o la UGT y hasta en lo geográfico una mesa entera poblada por gente del lugar de San Miguel de Vilanova de Arousa, o de Portugal con su cónsul Correia da Silva. Y es que nadie había sido invitado por su condición ideológica sino por su espíritu fraterno y así podríamos citar unos cuantos entre los cincuenta o sesenta congregados. Por ejemplo José Luis Gutiérrez Pais, Iván Gómez (que nos puso su vino Regina Viarum y nos presentó a su tercer retoño en brazos de su amada), la superdelegada Corina Porro, Teresa Egerique, Mapi Egea, Teruca Cendón, Diego Gago, Marta Iglesias... y hasta tuvimos protección de policía local, a ver si no, de Antonio Juste, exsindicalista de UGT.

Donde dije digo, digo Diego

Bien es verdad que anteayer dije en esta sección que hoy mismo, en nuestro suplemento, podríais conocer esa otra vida del magistrado recién jubilado Julio Picatoste en nuestra doble página de Memorias. Bien es verdad que lo dije pero también es verdad que el periodismo es carne viva, palpitante, y a última hora se retrasan para el próximo domingo. Mejor, así no os distrae de su lectura el rollo electoral de hoy. Ya os enteraréis el próximo domingo de la vida de este magistrado, betanceiro de nacencia, que lleva desde los 80 en Vigo y que, si no le frena su padre, se hubiera metido actor.

Oiga, ¿y usted a quién vota?

¿Estarán tronados? Llamaba yo ayer al móvil de mi colega en FARO Salvador Rodríguez, llamada que corté cuando vi que me equivocaba en uno de los números. A las dos horas me llaman a mí y oigo una voz femenina que por el tono parecía la de una mujer subida a un tractor: "¡Oiga! ¿Me ha llamado? ¡No conozco su número que tengo aquí marcado!". Le pedí disculpas porque había sido una llamada errónea y, de repente, cambia al catalán la mujer. "Pero, ¿quién es usted?", me espeta con voz de mujer al galope de un tractor payés secesionista. Yo, dándome cuenta de que el azar telefónico me había llevado a Cataluña, ese país en el que algunos se sienten oprimidos, expoliados y espiados, respondí rápidamente: "Mire yo soy un vigués que llamaba a otro vigués y, simplemente, se confundió en un número y salió el suyo". Vuelve la voz femenina y oigo que dice: "¿Y usted a quién vota? ¿A quién vota?". Y oigo detrás la voz del que supongo que era su marido, en catalán: "Dolors, ¿con quién hablas? ¡Corta, que puede ser de Vox!". El que corté fui yo dudando si hablaba con un psiquiátrico. ¡Están tronados!

Compartir el artículo

stats