¡Ministro, ministro, aunque sea de Marina!, que dijo Jesús Fueyo, aquel gerifalte franquista cuando le preguntaron por su futuro. Íñigo Errejón no descarta ser ministro en un Gobierno comandado por el PSOE, según dijo en una entrevista con Radio Nacional de España. Antes se iba a la radio a dar noticias o ideas. O a poner discos. Ahora se va a postularse uno como ministro. No sabemos si Errejón está vendiendo la piel de la cartera ministerial antes de cazarla, pero esta proclama aclara bastante, por si había algún despistado en la sala, sus intenciones. Que más que intenciones son ambiciones. En la citada entrevista, el exconmilitón de Pablo Iglesias instó a Podemos, tirando de sarcasmo, a aclarar cuántos ministerios consideraría suficientes para no obligar a otras elecciones. Pero no aclaró cuántos precisa él. Se puede estar solo en casa un domingo por la tarde o sentir la soledad lacerante envuelto en una multitud, pero un gran drama debe ser sentirse solo en el Consejo de Ministros, así que Errejón, que debe ser aficionado a pedir plato único, bien pudiera pedir, llegado el hipotético caso, dos ministerios. Dos. Uno para él y otro para su segundo o segunda, que no sabemos quién es. Eso no quiere decir que sea un partido unipersonal ni que quepan todos en un taxi aunque las encuestas apuntan a que juntando a todos los diputados de Más País no tendrán para formar un equipo de fútbol. Tal vez ni de baloncesto.
