Hace unos días, debatiéndome en la duda de a qué opción política le daría mi voto en unas futuras elecciones, topé con un movimiento que propugnaba, dentro de su programa y entre otras acciones políticas, combatir contra la pobreza, la exclusión social, la intolerancia y la discriminación. Habilitaba políticas que permitieran ayudar a las personas con menos recursos, participar en los asuntos que afectan directamente a sus vidas e interceder, y para ello participar, en foros, tanto nacionales como internacionales, a tal fin. Además, proponía brindar ayuda a personas en riesgo de exclusión social, dándoles hogar, alimentos y servicios básicos de salud.

En mi reflexión, intentando definir mi voto, y con un planteamiento simplista consideraba que si, según la pirámide global de la riqueza, el 8,1 % de la población mundial posee más del 84% de la riqueza global, es decir que, más o menos el 8% de la población tiene tanto patrimonio como el resto del mundo, un partido que tratara de equilibrar estas diferencias y acabar con estos excesos debería ganar por mayoría absoluta. Con un simple argumento y es que el 92 % lo votaría.

Indudablemente con esta premisa, que no dejo de considerar muy simplista, mi voto estaba decidido. Mi sorpresa fue que, cuando indagué para ver quiénes eran los representantes, las personas a las que confiaría mi voto, descubrí que él, para mí, partido político a quien pretendía dar mi voto y pedírselo a las personas con quien pudiera tener influencia mi opinión, se llamaba "Cáritas", que nació en la ciudad alemana de Colonia en 1897, creada por el prelado Lorenz Werthmann, bajo el nombre original "Liga caritativa para la Alemania católica" y que en estos momentos podemos definirla como una alianza humanitaria entre estados, financiada y perteneciente a la Iglesia Católica, que agrupa a 165 organizaciones nacionales de asistencia, desarrollo y servicio social y que se dedica a lo que, yo interpreté que sería el programa ideal de cualquier partido político y que cualquier persona, con independencia de su ideología, imaginaba que compartiría mi opinión.

Instituida en España en 1947 por la Conferencia Episcopal Española, cuenta en la actualidad con 83.951 voluntarios, esa es su fuerza, y 5.076 contratados que permiten que, cada año, unos tres millones de personas se beneficien de sus programas de acogida y asistencia, de lucha contra la desigualdad y de empleo.

En las próximas elecciones vota la opción política que te parezca más a fin a tu forma de pensar, y que gane aquella opción que quiera la mayoría, pero no te olvides que con Cáritas puedes colaborar cada día y no tendrás que esperar "cien días" para comprobar si cumple sus compromisos. Los cumple, ya lo tiene acreditado.

*Notario