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Favorecer al pueblo es hacer justicia

Ya sabemos que al Puerto le da chungo hablar de liberación de espacios y cambio de puertas. No es la primera vez que presumen de haber dejado unos miserables metros cuadrados para el pueblo, como si el pueblo no les hubiera regalado a ellos todo lo que son, sacrificando la esencia de su frente marítimo que hoy hubiera sido otra cosa, turísticamente hablando, sin que, entiéndase, no seré yo quien desprecie la realidad económica que supone para Marín y alrededores, la actividad portuaria. Que el pueblo tenga que sufrir el espectáculo de la acumulación de teus delante de sus narices, es un sacrificio estético que el Puerto tiene que reconocer como también que hay otras ciudades con puerto que han conseguido recuperar miles de metros cuadrados en su beneficio y no se ha caído el mundo por eso. Por ello, a la hora de colocar el Auditorio y de variar los caminos rodados de entrada o salida de coches, o incluso el cambio de la puerta a donde antes apuntaba, la Autoridad Portuaria tiene que ser receptiva, comprensiva y poner de su parte, pensando en que a Marín, el puerto le debe todo lo que es a pesar de que, ¡manda huevos! que diría el otro, por esas cosas del Catastro, de Hacienda y de la inutilidad o cobardía de los sucesivos gobernantes, los edificios construidos en su recinto pagan los impuestos a Pontevedra. Mal repartida está la cosa. Eso, "¡¡¡manda huevos!!!".

Dos: Liberación de superficie

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