Faro de Vigo

Faro de Vigo

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Antonio Touriño

El mirador de Lobeira

Antonio Touriño

Demasiado confort político

Con todo lo que está ocurriendo por ahí, lo que sucede en casa parecen pequeñeces. O Salnés observa en lontananza la crisis catalana, el lío del Brexit y los aranceles que impone a Francia, Alemania y España el arrogante Donald Trump aunque se barrunte una óptica de desconfianza porque más pronto que tarde va a ver repercutidas las consecuencias de esta crisis global, más bien ya las está sufriendo.

El albariño de O Salnés se ha convertido en un elixir prohibitivo en Nueva York, los arousanos de la tercera edad descartan irse de vacaciones a Salou y el sector del mar desconfía de un futuro acuerdo de pesca entre la Unión Europea e Inglaterra que convenga a ambas partes. Todos asuntos de calado a los que hay que sumar una dosis de incertidumbre a nivel nacional a la espera del 10-N porque en el dado electoral del 26 de abril salió el seis doble.

Entretanto, las cosas domésticas pasan desapercibidas: los presupuestos de la Xunta, la congelación de impuestos locales, la bajada de la basura, incluso las protestas por la falta de médicos, los problemas de infraestructuras en los colegios,... Pura bagatela en estos otoños calientes de los últimos años.

Porque ni el desempleo, el coste de la vivienda o la disparatada cesta de la compra son ya temas de conversación en tascas y tabernas.

Menos mal que quedan el fútbol, las fiestas de los pueblos y los bautizos, bodas y comuniones que, al menos por un día, pueden hacer olvidar esos grandes temas que nublan la vista sobre lo más próximo, aunque al despertar se siga sintiendo el cansancio de una noche de duermevela, de fatiga onírica.

Preocuparse está bien pero no se puede dejar de comer. O Salnés tiene que centrarse para que evitar que el abandono conduzca a la ruina. Quedarse de brazos cruzados ante todas estas cruzadas es un camino fácil al precipicio.

Las instituciones deben empezar a mojarse, a ver que lo que ocurre fuera no es indiferente, que hay que estar en situación de prevenga, pero a la vez promover medidas que impulsen la economía local, en vez de callar o mirar a otro lado como si nada tuviera que ver con ellos. Pura postura de confort que solo trae pesadillas.

Compartir el artículo

stats