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Ilustres

La cercanía y la caridad del obispo Pedro Quevedo y Quintano (y II)

Creo que es interesante, o al menos curioso, ofrecer el testimonio de algunos de los favores concretos que se solicitaron al obispo desde muy diversas geografías y por muy diversos motivos, como son la recomendación, la limosna o una pensión. Sin olvidar la acogida generosa a sus expensas de casi dos centenares de sacerdotes franceses que debieron salir de Francia por motivos de conciencia. Se conservan tanto en el archivo de la catedral como en el diocesano y en el histórico Provincial muchas de estas peticiones que el obispo no desoyó y en la medida que pudo atendió. Su fama de caritativo atraía a personas necesitadas a solicitarle su ayuda.

Una viuda

En este caso la petición se hace el Rey buscando la viuda un destino cercano para su hijo alférez. El valimiento de Quevedo se pide para hacer eficaz la súplica: "Señor: Isabel Bermello viuda y vecina del lugar de Negrelle, feligresía de Santa María de Amarante, obispado de Orense, a V Majestad, con el más profundo respeto hace presente: hace el tiempo de más de 14 años se halla en el estado de viuda, solamente en dicho tiempo le quedó uno que éste es hijo único, llamado Ángel Rodríguez, el cual hace el tiempo de 10 años se halla sirviendo a S.M. (que Dios guarde) en el cuarto regimiento del real cuerpo de artillería, pero como ésta se halla con bienes raíces que asciende su valor a más de 2000 ducados y no poder atender a todo por tener que valerse de criados que nada les interesa y solo tiran a salir del día y siendo así que se halla la exponente en la avanzada edad de más de 60 años sin más amparo, para sus últimos días que el referido su hijo, el cual sin embargo de hallarse cabo primero de la cuarta compañía del mencionado cuerpo de artillería, pasa a impetrar la exponente la superior penetración de Vuestra Majestad a fin de que se digne por un medio de su superior clemencia expedir su orden a fin de que pueda pasar a continuar su mérito el dicho su hijo de cabo primero en el Provincial de Orense, a fin de que por este medio pueda asistir en los últimos días de mi vida, tienda a la hacienda y ésta no se menoscabe y por tanto a vuestra majestad suplica se digne por un efecto de su piadosa clemencia mirar por esta pobre viuda y atender a la avanzada edad que tiene y concederme la gracia que espera para su hijo de pasar de tal cabo primero a las milicias provinciales de Orense en virtud a serlo ya en el real cuerpo de artillería, pues de lo contrario es aniquilar la hacienda en vida de la suplicante. Gracia que espera del magnánimo corazón de vuestra majestad su más humilde vasalla. Negrelle 16 de abril de 1806. Señor a los reales pies de vuestra majestad a ruego de la suplicante que no sabe firmar, José Portabales. (AHDOURENSE 85/4).

Monjas de Ronda (1815)

Conventos que se arruinan, necesidades imprevistas, rentas con problemas tras la Guerra de la Independencia son razones que se aducen en las súplicas de conventos de monjas principalmente, algunos de tan lejana geografía como las Descalzas de Ronda en Andalucía: "Viva Jesús. Ilustrísimo señor Obispo. Padre y pastor de nuestras almas la afligida abadesa de las descalzas de Ronda con el mayor respeto llega a los pies de V.S.I. a pedirle por los Dolores de María santísima una limosna para socorrer su comunidad que se halla con mil necesidades y una de ellas es la ruina del convento, pues con el motivo de estar tan junto a las minas que reventaron los franceses, se le han abierto una rajas tan grandes que con facilidad pueden entrar en la clausura y darnos un susto, si para el reparo de lo preciso de esta obra contribuye V.S.I. con alguna cosa espere de nuestro Dios el premio y de esta pobrecita comunidad que son muy reconocidas y por las noticias que tenemos de V.S.I. con el conocimiento y amistad antigua de mi señora marquesa de Villa Sierra por cuya mano hemos recibido otras limosnas de V.S.I las que tenemos muy presentes en todas nuestras oraciones para pedir a nuestro amado Jesús con todas las veras de nuestros corazones guarde la importante vida de V.S.I. para consuelo de muchos y muy en particular de esta mala monja que con harta necesidad de su espíritu se encomienda en las fervorosas oraciones de V.S.I. y sus pies besa. De las Descalzas del Patrocinio de Nuestra Señora, Soror María del Pilar, indignada abadesa. Ronda 3 de febrero de 1815" (AHDOURENSE 86/1).

Un fraile mercenario (1815)

Más de casa es el mercedario de Verín que pide ayuda para vestir el hábito de la Orden como estaba mandado. A tales extremos de necesidad se llegaba en estos años calamitosos: "Excelentísimo e ilustrísimo señor, fray Juan Pérez de Guzmán religioso mercedario calzado y ex capellán del regimiento infantería de Monterrei a V.E. con el debido respeto expone que hallándose imposibilitado de poder vestirse de religioso según orden de S.M. y de V.E. a causa de no tener con qué por estar debiéndosele 30 y tantos meses de pagas y aunque el exponente tiene una hermana casada, esta tiene ocho hijos y demasiado hace si me sostiene mientras que no se me abonan algunas arcas para comprar los hábitos y otras cosas que son indispensables, por tanto vuestra excelencia suplico se sirva concederme una limosna para dicho fin o interponga su valimiento con el intendente de la Coruña a fin de que se me conceda cuatro pagas a buena cuenta de las que se me adeudan todas ellas por haberlas ganado con mucha honra. Espero de la bondad de V.E. se servirá tomar la providencia que sea del agrado de V.E. Pues yo mientras no tenga con qué no puedo dar cumplimiento a las órdenes de S.M. y de V.E.. Favor que espera al suplicante en de la inmensa piedad e inagotable calidad de V.E, cuya vida conserve el señor muchos años. Verín marzo cinco de 1815. Excelentísimo e ilustrísimo señor, fray Juan Pérez de Guzmán" (AHDOURENSE 85/4).

(*) Delegado de patrimonio de la diócesis y archivero de la Catedral

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