Un viejo y sabio amigo, que tras jubilarse se ha entregado a la lucha contra el cambio climático y viste como un profeta, sostiene que el regreso de las patrias es un mecanismo espontáneo de defensa, de tipo animal, para poder afrontar el "sálvese quien pueda" que se impondrá conforme vayan cediendo los diques del orden y la estabilidad por efecto del calentamiento global. Me parece una idea contradictoria -le digo-, pues los voceros de las patrias suelen ser negacionistas del cambio climático. Mi amigo, a quien llamo Gaio, dice que, al ser primarias e ignorantes, estas gentes reciben mensajes en directo "como los pastorcitos de las apariciones", por lo que el subconsciente está al cabo de la calle, reaccionando con un cierre de filas en su nación-fortín. ¿Y su griterío negacionista?, aduzco. Típicos recursos animales para ahuyentar el mal -responde Gaio-, ellos no saben lo que saben.
