Vivimos tiempos de sensaciones. Nada de pensar. Al carajo con el razonar. Siento, luego existo. Reflexión, juicio, ponderar, meditar... palabras obsoletas, fuera con ellas del diccionario. Como fuera se fueron fulastre, parguela o verriondo. Aquí hemos venido a sentir. Que piensen otros. Actúo según lo que siento. Tengo sensaciones y sanseacabó. De eso de pensamiento no gasto. Fíjense ustedes cómo hablan los futbolistas, los nuevos héroes épicos. Resulta que el Sporting de Gijón empató con el Rayo Vallecano hace ya unas fechas. Un punto para cada equipo, como marca la reglamentación. Pues a propósito del partido, declara Borja López, defensa central sportinguista: "Me voy con la sensación de llevarnos solo un punto, no tres". No, caro ídolo. Te vas con el convencimiento total de haberos llevado solo un puntito. Si tomas como sensación, como percepción, como impresión lo que es palmario (lo que es claro, patente y manifiesto), háztelo mirar, que me andas confundiendo conceptos.

Habla Perico Delgado -exciclista y hoy profesional de la comunicación, el inventor del colosal neologismo "etapa contraló" en vez de "etapa contrarreloj"? de "Los Lagos de Enol". Si habla en castellano, dice mal. Serían "Los Lagos" o, en todo caso, "Los Lagos de Covadonga": Enol, Ercina y Bricial. Si habla en asturiano, dice mal. Serían "Los Llagos de Cuadonga" o "Los Llagos d'Enol", al menos eso afirma la Wikipedia, que todo lo sabe. En uno y otro caso, Perico dice mal. Y escriben otros cuantos profesionales de la información que se ha muerto "Camilo Sexto", con equis y no con ese. De hecho, "Camilo Sexto" ?como nombre artístico de Camilo Blanes Cortés? murió en 1971, como afirma la Wikipedia, que todo lo sabe, pues fue en ese año cuando mudó la "x" en "s". Así que se murió Camilo Sesto, antes Camilo Sexto, antes Camilo Blanes... ¿Qué tal un poco de rigor?

Mi traumatógo me diagnostica epicondilitis. Traducido: codo de tenista. Me prescribe sesiones de fisioterapia, crema antiinflamatoria, calor zonal y una banda elástica, muy chula. Sugiere que pudo originarse por mi postura al escribir, mal uso del antebrazo y del ratón del ordenador. (Es clamorosa la universal conjura para que un servidor no vuelva a redactar ni una línea). Y me añade información utilísima para mi curiosidad lingüística: "¿Sabe que también se le llama 'codo de carpintero'? La padecían mucho en tal oficio por la repetición del movimiento del brazo al hacer el lijado manual". El fisio al que acudo es andaluz y matamos el silencio masajístico comentando las diferentes formas de hablar de los almerienses, las gentes de Huelva, los granaínos de costa y montaña... No se habla igual en toda Andalucía. Me instruye y va imitando acentos con mucho arte. También me regala un hallazgo: "Los más fáciles de distinguir son los cordobeses. Porque hablan para adentro. ¿Cómo te diría yo? Como si estuviesen siempre montados a caballo, sujetando las riendas, siguiendo la cadencia del trote del animal". Perfecto.

Dice un amigo mío que acaba de escuchar en la tele que la policía local se vio obligada a acordonar cierta zona de mi ciudad porque en un edificio en el que intervenían estaban cayendo "casquetes". Los "cascotes" ?que no los casquetes? son los fragmentos de alguna construcción derribada o arruinada. También son el conjunto de escombros, usado para otras obras nuevas. Por el contrario y en lenguaje vulgar, los "casquetes" son los coitos, las cópulas sexuales, los ayuntamientos carnales. De manera que, según la información televisiva, es nueva atribución de los agentes locales de la autoridad acotar espacios donde se estén practicando casquetes a porrillo, casquetazos, desenfreno sexual alegre y gozoso. Y digo yo que qué mal, que no veo el porqué, que donde esté un casquete que se quiten los cascotes y hagan los uniformados la vista gorda cuando no envidiosa. Ay, cómo hablamos algunos de ustedes en los informativos...