Es bueno tener a esa Pontevedra que tanto alardea de sí misma como referencia en cuestiones de peatonalización. Para Cangas es un espejo donde mirarse. Pero también pudiera serlo Ourense, que dejó su impronta en esta materia cuando gobernaba el alcalde del PP, Manuel Cabezas., que para llevar a cabo su obra se tuvo que enfrentar incluso a los suyos. No es una cuestión de ideología política, aunque lo parezca. Por eso extraña no ver entre los invitados al acto de distinciones de ayer a los representantes del Partido Popular, que prefirieron escudarse en su puestos de trabajo a que se les pudiera ligar con un alcalde de BNG, Miguel Ánxo Fernández Lores, de larga trayectoria. Un regidor local que gana elecciones en una ciudad que es capital de provincia, donde abunda la burguesía y esa élite que da la raigambre de "toda la vida", que otrora daba votos al Partido Popular y se los negaba a los nacionalistas. Pero los hechos cambian ciudades.
