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Joaquín Rábago.

Votar, ¿hasta cuándo?

¿Se nos seguirá llamando a las urnas a los españoles hasta que terminemos votando lo que parece que quiere el señor presidente del Gobierno en funciones?

¿Tendremos que votar una y otra vez los ciudadanos de este país hasta que demos a don Pedro Sánchez la mayoría suficiente que reclama para no tener que depender de nadie al que sienta soplarle en la nuca?

Llevamos ya demasiado tiempo sin un Gobierno efectivo, sin un Parlamento que funcione, sin presupuestos, y parecen querer quienes nos gobiernan que aceptemos eso como la nueva normalidad nacional.

"Poneros de acuerdo, por favor, seguir hablando", le espetó el otro día ese gran actor y hombre de izquierda que es José Sacristán a la vicepresidenta del Gobierno cuando se la encontró a la entrada del teatro.

Y eso es lo que sin duda desea la mayoría de quienes votaron al PSOE y a Unidas Podemos con la esperanza, nuevamente defraudada, de que los dos partidos de la izquierda dejasen por una vez de despellejarse entre sí y se dedicasen a construir un proyecto común.

No ha sido así. El desprecio a lo decidido por la opinión pública no puede ser mayor. La paciencia de los ciudadanos tiene un límite, y el cada día más prepotente jefe del Gobierno en funciones, como principal, aunque, por supuesto, no único responsable, no quiere darse cuenta.

Pretende, a lo que parece, que Unidas Podemos le dé prácticamente un cheque en blanco para poder seguir haciendo con tranquilidad una política que no moleste demasiado. ¿A quién: a la derecha económica, a la Iglesia, a Bruselas, que ya lanzó en su momento algún aviso?

Pero muchos, la mayoría de quienes votaron ya fuese al PSOE, ya a Unidas Podemos, no quieren eso: los eligieron para que se esforzaran en llegar a un acuerdo que permitiese poner fin a años de precariedad, adelgazamiento del Estado de bienestar y corrupción.

No sé si están ya frotándose las manos los líderes del tripartito de esa derecha que, tras conquistar el Madrid -ayuntamiento y comunidad- de todas las corrupciones quiere proponer ambos gobiernos como modelo para el resto de esa España que no vota nacionalista.

Por lo pronto, Sánchez y el líder de Unidas Podemos, Pablo Iglesias, les han dado argumentos más que suficientes para responsabilizar a la izquierda de la parálisis que sufre el país en un momento en el que se echa en falta más que nunca un Gobierno que funcione.

Hay quienes, a la vista de ese diálogo de sordos, argumentan que resulta más fácil entenderse a partidos de distinta ideología que los que compiten por el mismo electorado como es el caso de socialistas y Podemos y sus confluencias.

Ponen el ejemplo de lo que acaba de ocurrir en Italia con el Partito Democrático (socialdemócrata) y los populistas del Movimiento Cinco Estrellas, dos partidos de ideologías muy diferentes, pero cuyos líderes han logrado superar años de insultos y rivalidades personales con el objetivo común de frenar a la extrema derecha de Matteo Salvini.

Pero en Alemania, Die Linke (excomunistas) forma ya parte de alianzas de amplia izquierda con socialdemócratas y Verdes en varios länder, como los de Berlín o Bremen. Aunque, justo es reconocerlo, esa fórmula no se ha probado aún a nivel federal.

¿Espera Pedro Sánchez de unas próximas elecciones que los ciudadanos le den una mayoría más cómoda que la que ahora tiene? Sería seguramente a costa del partido de Iglesias, y en el mejor de los casos, la izquierda seguiría sin sumar.

¿O es que acaso confía en que el líder de Ciudadanos, Albert Rivera, en una nueva pirueta, vuelva a ese centro, del que, según muchos, nunca debió salir? Pero está además, y por si fuera poco, Cataluña emponzoñándolo todo.

Y Sánchez, paralizado en tan delicado asunto por el acoso irracional de quienes, como Rivera, no parecen ver más allá del artículo 155 -y después, ¿qué?- no ha sabido aprovechar las disensiones dentro del independentismo catalán para agrandar esa brecha e intentar aislar a la derecha más egoísta de aquel territorio. Como he escrito en alguna otra ocasión, a nuestros políticos les falta finezza.

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