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Tribuna libre

Notas biográficas sobre Blanco Amor (abril de 1977-noviembre de 1979)

La primera vez que oí hablar "[?] del español de origen, que vive en Argentina. Poeta de exquisita substancia lírica, cuentista de cautivante estilo, conferenciante incomparable, periodista, profesor?" (solapa de la 1ª ed. del ensayo Chile a la vista, 1951. Santiago de Chile: editorial Pacífico, S.A.) fue en mi primer viaje a Santiago de Chile en diciembre del año 1975, en la casa de Antolín Losada y su esposa Mari Luz excelentes anfitriones y hospitalarios con las personas que llegábamos desde Ourense. Con la ayuda de su hijo mayor, comencé a recoger voces y locuciones chilenas, germen de la ponencia que presenté en el 'IV Congreso Internacional del español de América', celebrado los días 7 al 11 de diciembre de 1992, con el título "Unidad y variedad del léxico español. Para una caracterización general del habla de Santiago de Chile", publicada en Actas del IV Congreso Internacional de 'El español de América'. 1995: Instituto de Letras Facultad de Letras - Pontificia Universidad Católica de Chile,Tomo II, págs. 961-977.

En esta obra, Eduardo comenta "algunos trozos pintorescos de su vivir capitalino" a raíz de dos visitas efectuadas a este país, la primera en 1949 y la segunda en 1951. Con la maestría que lo caracterizaba construye un cuadro del país y sociedad de esa época: los guasos, el estrato último de la población rural; los rotos, "suelen ser gente fina de hablas y modales muy sensibles al coloquio con gentes de calidad"; los siúticos, "sus reacciones no son reacciones sino ademanes, suelen ser bien educados y hasta amables, pero nunca plenamente buenos". Mucha ironía hay en sus comentarios sobre el caudal muy restringido de voces: "Haciendo una suma de las palabras proscritas que yo conozco, muy usuales y corrientes en unos países y declaradas en otros 'tabú', me encuentro con que se han podado, entre verbos, sustantivos y adjetivos, casi medio millar de vocablos". Censura, especialmente, "dos palabrejas": el verbo ubicar o la famosa charla.

Sin embargo, no va a ser hasta abril del año 1977, cuando conocí personalmente a Eduardo Blanco Amor (E.B-A) en la Audiencia Provincial de Ourense. Por la información que me facilita Alfredo Diéguez Laranjo, funcionario del cuerpo de 'Auxilio Judicial', por Real Decreto de 15 de abril de 1977 se convocan elecciones generales para el 15 de junio. En la Audiencia Provincial se constituye la Junta Electoral, que debía estar formada por nueve miembros, recuerdo los nombres de siete: Francisco Marcos Rodríguez (Presidente de la Audiencia), Francisco Gómez Olivié (magistrado, Vocal), Fernando Díez Rodríguez (Secretario de la Audiencia), José Pérez Ávila (Decano del Colegio de Abogados), María del Carmen Enríquez Salido (Catedrática de Instituto de Enseñanza Media), José Luis Temes Montes (médico) y Eduardo Blanco Amor (escritor), estas dos personas a propuesta de los partidos políticos.

Conservo el ejemplar de A esmorga (1975. Vigo: Editorial Galaxia) en el que consta esta dedicatoria: "A Maria Carme, ao seu afervoado galeguismo e á sua nova amizade. Unha apreta de E. Blanco Amor. Junta Electoral, 1977. Ourense". A partir de esos días, Eduardo se convirtió en un miembro más de mi familia y en un compañero en el Instituto que hoy lleva su nombre (por una iniciativa personal apoyada por la mayoría del claustro); me acompañaba en mis clases de gallego, compartía experiencias y conversaciones con otros profesores (por ejemplo, José Luis Díaz Leyes), explicaba a los alumnos dudas sobre sus obras, pronunciaba una conferencia en el salón de actos? Una compañera, Pilar Toscano Novella, se ofreció a llevarlo a Vigo los fines de semana, porque además de visitar a sus amigos, podía disfrutar del mar.

Eduardo compartía mesa en mi casa. En una ocasión, mi marido no encontró un vino que armonizase con unas lentejas y abrió una botella de Môet-Chandon, el comentario fue de lo más ingenioso: "Que buena combinación de aristocracia y proletariado". Elogiaba y agradecía "la exquisita leche frita" que elaboraba nuestra vecina Olga Reinoso. Juntos fuimos a comer al 'Fandiño' de Allariz (uno de sus restaurantes predilectos). En nuestra casa pasó las nochebuenas de los años 1977 y 1978. El lacón asado, que preparaba la madre de mi marido, lo denominaba "la pierna de mamut", por su excesivo tamaño; al entrar en casa siempre decía "has atado a las fieras" (mis hijos). En esos años estaba colaborando en la traducción del Nuevo Testamento al gallego y me regaló un ejemplar del Dicionário de Espanhol-Português (1977. Porto: Porto Editora, Lda), como referencia para el léxico. Lo invitamos para la nochebuena del año 1979, pero puso en duda que pudiese asistir. En la mesa quedó un asiento vacío...

Hemos querido informarnos del recuerdo que tienen de su vecino en 'As Lagoas' (vivía en el Edificio Domingo Sabio, Portal 2); hablamos con Ana María Fernández Ferreiro, lo califica como una persona muy educada, muy bondadosa (le regaló un televisor a unos vecinos), siempre amable y cordial. Contaba con buenos amigos: Isaac Díaz Pardo, Laxeiro, Valentín Paz Andrade, Jacobo de Arce Temes, Arturo Baltar, Nemésio Barxa, Acisclo Manzano, Maribel y José Luis Outeiriño, Manuel Peña Rey, Xaime Quesada, Virxilio, los redactores en Ourense de La Voz de Galicia y muchos amigos más? pero no se cansaba de censurar y criticar el mal comportamiento que había tenido con él la Editorial Galaxia.

Fue Pilar Toscano la que informó de su fallecimiento en Vigo y la que movilizó a Manuel Peña Rey y a otras personas, para que su cadáver fuese trasladado a Ourense. Velamos sus restos mortales en una sala del Hospital Provincial y los acompañamos al cementerio de San Francisco. Pocos días después, junto con Jacobo de Arce Temes, elaboramos un inventario de los libros y objetos que había en su domicilio, que se pueden ver en las fotografías que había realizado en el verano de 1979 Alfonso Posada González, publicadas en la revista Agália, nº 33.

El 10 de septiembre de 1980 entregué personalmente al presidente de la Diputación Provincial, Victorino Núñez Rodríguez, un escrito firmado por más de 100 personas residentes en la ciudad de Ourense en el que se solicitaba: "A Deputación, prévio e oportuna valoración, compre coa xenerosidade característica, ditos fondos bibliográficos e demais obxectos artísticos únicos do desaparecido escritor". Vienen a mi memoria algunos de los firmantes: Manuel Albendea, Jacobo de Arce Temes, José Aurelio Carracedo, Juan Luis Castro Somoza, Carlos Criado Martín, Fernando Díez Rodríguez, Manuel de Dios, Xulio Francisco Ogando Vázquez, José Posada González, Armando Prada Castrillo, Manuel Prego de Oliver, Salvador Rey Rodríguez, José Luis Temes Montes, Antón Tovar? No conozco, el resultado de nuestra petición.

Estuve en el cementerio en los actos organizados, todos los años, por profesores del Instituto Blanco Amor. Publiqué varios artículos en periódicos: "E direi-vos eu de Eduardo", ( La Región, 01.12.1981, pág. 3), "O amigo Eduardo Blanco Amor" ( La Voz de Galicia, 29.11,1981, pág. 37), "Eduardo Blanco Amor ao longe" ( La Región, 01.12.1982, pág. 4), etc. Participé activamente en la organización y celebración de la Semana-Homenaxe a Eduardo Blanco Amor, patrocinada por la Diputación Provincial de Ourense, celebrada del 1 al 5 de diciembre de 1980. En un número extraordinario Poema actual a Blanco Amor (1985) de A nosa Terra, Extra 3, aparece nuestro artículo "A presença das palavras mai e madre n'A esmorga" (págs. 29-30). En 1992 presenté una ponencia en el Simpósio Internacional Mulher e Cultura, con el título "A mulher na obra de Eduardo Blanco Amor" (publicada en Actas do Simpósio Internacional 'Mulher e Cultura', 1993: Universidade de Santiago, págs. 677-703). En la revista Agália, Nº 33, (primavera 1993), está mi contribución "Sempre em Áuria" (págs. 37-46).

Vienen a mi mente aquellos años vividos con mi familia, con compañeros y antiguos alumnos del Instituto y, siempre, con Eduardo Blanco Amor.

(*) Catedrática de Universidad

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