Faro de Vigo

Faro de Vigo

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

José Manuel Ponte

inventario de perplejidades

José Manuel Ponte

De Pedro Sánchez a Neymar

Durante el pasado mes de agosto hemos estado entretenidos con dos asuntos de relativa importancia. Uno, saber si por fin Pedro Sánchez le ofrecería a Unidas/Unidos Podemos la formación de un gobierno de coalición después de las pasadas reticencias sobre la fiabilidad del trato. Y el otro, si el futbolista brasileño Neymar acabaría fichando por el Barcelona como al parecer era su expreso deseo.

Sobre la primera cuestión, salvo sorpresas de última hora, todo apunta a deducir que el actual jefe del Ejecutivo en funciones insistirá en su proyecto de gobernar en minoría a partir de un programa "progresista" que estarían propicios a apoyar con sus votos en el Parlamento Unidos/ Unidas Podemos, Esquerra Republicana, el PNV y otros, ya que no le basta con los escaños de los 'podemitas' para asegurarse la mayoría. La propuesta es puramente retórica (como lo fue también la incitación al PP y a Ciudadanos para que se abstengan por motivos patrióticos, o las consultas a entidades representativas de la sociedad civil) porque todo eso parecen maniobras de ocultación de su verdadero propósito, que no es otro que aparecer ante la opinión pública como obligado, muy a su pesar, a convocar elecciones generales una vez agotados los plazos señalados por la ley.

Y todo ello mientras consulta las encuestas sobre las perspectivas de voto del PSOE en una campaña electoral en la que podrían tener una influencia decisiva la sentencia del Tribunal Supremo sobre el procés y las nuevas revelaciones judiciales sobre la corrupción del PP en la Comunidad Autónoma de Madrid con la imputación de Esperanza Aguirre, Cristina Cifuentes y Francisco González. La apuesta es arriesgada, pero eso motiva especialmente a Sánchez que ha conquistado tan elevada posición a base atrevimiento. Y si en una nueva cita electoral consiguiese ampliar su mayoría en escaños, y debilitar al mismo tiempo a Unidos/Unidas Podemos, al PP y a Ciudadanos y acentuar la división interna entre los independentistas catalanes, habría logrado casi la cuadratura del círculo político, que no es otra que volver al ahora añorado bipartidismo. Claro que, tampoco hay que descartar que, tal y como ocurre en todas las versiones del cuento de la lechera un error de cálculo, o cualquier imprevisto, eche por tierra el buen fin de todas esas especulaciones.

El otro entretenimiento periodístico del mes de agosto fue la incertidumbre sobre cuál pudiera ser el destino de Neymar. El futbolista brasileño, que se había ido por una fabulosa cantidad de dinero al Paris Saint Germain, un equipo propiedad de un jeque catarí, añoraba las sensaciones deportivas de su etapa en el Barça al lado de su amigo Messi y quería revivirlas. La riqueza -ya se sabe- no lo es todo, el hombre más feliz no tenía camisa, y los modernos ídolos de masas, además de tener bien cubierto el riñón, necesitan sentir el cariño de la grada para no desfallecer de melancolía (en este caso de 'saudade'). Se creyó que el deseo del jugador sería bastante para cumplir el capricho y que el Barça podría reunir el dinero necesario para el rescate, pero a los jeques, que están acostumbrados a pagar cantidades fabulosas por caballos de carreras, no les gusta que nadie meta la nariz en sus cuadras ni en su forma de administrarlas. Y no cedieron.

Compartir el artículo

stats