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Joaquín Rábago.

360 grados

Joaquín Rábago

La segunda muerte de los bosques

Siempre se ha dicho que los alemanes tienen una relación especial con el bosque. El Nobel de Literatura Elias Canetti se refirió a él como el símbolo de masa del pueblo germánico.

El bosque era, para el autor de "Masa y Poder", algo así como el refugio físico y espiritual de ese pueblo. Cada árbol poseía para el alemán las virtudes de un guerrero. Y el Ejército sería "un bosque en marcha".

Por cierto que no es de todos conocida la gran tala de árboles llevada a cabo en Alemania tras su derrota en la Segunda Mundial para, entre otras cosas, abastecer de madera, a modo de reparaciones en especie, a las potencias ocupantes.

Nada tiene que ver, en cualquier caso, la Alemania plenamente democrática de hoy con el país militarista que inspiró en su día a Canetti aquellas reflexiones, pero lo que sí ha continuado, sin embargo, es esa relación casi simbiótica de los ciudadanos con el bosque.

Recuerdo de mi ya lejana época de corresponsal en Bonn, la preocupación, casi histeria, de los alemanes por la muerte de sus bosques a consecuencia entonces de la llamada "lluvia ácida".

Aquello afortunadamente se superó gracias a las medidas adoptadas por la industria, pero hoy asiste este país con mayor preocupación, si cabe, a la segunda muerte de los bosques, aunque no por la concentración de los dióxidos y trióxidos de azufre, como entonces.

Los responsables, esta vez, son el calentamiento del planeta, que origina una falta creciente de agua en el subsuelo, y la plaga de coleópteros xilófogos, es decir devoradores de todo lo que sea madera.

Por culpa de ambos fenómenos, la superficie cubierta por los bosques alemanes se ha visto reducida en el último año y medio en más de 110.000 hectáreas. Y eso, cuando los bosques son cada vez más necesarios para combatir el cambio climático.

Los bosques más afectados por la sequía del suelo y los escarabajos son los abetos y los pinos. De ahí que los ecologistas propongan sustituirlos a partir de ahora por "bosques mixtos", que combinan otras especies, por ejemplo castaños, hayas o acacias, mucho menos vulnerables que aquellos.

Los bosques contribuyen, como bien sabemos, a almacenar enormes cantidades del CO2 generados diariamente por todo tipo de actividades humanas: desde la producción hasta el consumo. Son auténticos pulmones del planeta.

De ahí que desde la política se proponga recompensar a sus propietarios -la mayoría de los bosques alemanes son propiedad privada- por tan valioso servicio como prestan con su mera existencia a la lucha contra el cambio climático.

Se calcula que una hectárea de bosque puede almacenar hasta cinco toneladas de CO2 por hectárea. Se trataría entonces de aplicar a los bosques los mecanismos del llamado "comercio de emisiones" y recompensar a los propietarios con honorarios anuales de 125 euros por hectárea.

Salvar los bosques, los europeos lo mismo que los de otros continentes, y seguir reforestando de forma acelerada son tareas urgentes en un momento en que vemos cómo se acelera peligrosamente el calentamiento de todo el planeta.

Los récords absolutos de temperaturas alcanzados este verano en varios países europeos son motivos de preocupación para los científicos, sobre todo porque marcan una tendencia ascendente.

Según estudios de un equipo de climatólogos de Berna (Suiza) publicados en dos importantes revistas científicas - Nature y Nature Geoscience-, el ritmo de calentamiento global es de 1,7 grados por siglo.

Es algo de lo que ya alertó en su día el gran explorador alemán Alexander von Humboldt gracias a las importantísimas observaciones y mediciones que hizo en tierras americanas entonces pertenecientes a la corona española.

El barón Humboldt, como se conoce su figura en toda Sudamérica, fue en opinión de su biógrafa, la historiadora germano-británica Andrea Wulf (1), precursor del movimiento ecologista y profeta del cambio climático. Recordémosle con admiración y agradecimiento cuando se cumplen 250 años de su nacimiento.

(1) "Alexander von Humboldt and the invention of nature" (Alexander von Humboldt y la invención de la naturaleza)".

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