Ons se rebela contra ese afán político de controlarlo todo, incluso darte permiso para poder entrar en tu casa o en la de tus padres. No hace mucho, estas islas estaban denostadas y tenían fama de ser las hermanas bastardas de las Cíes, a las que revistas de viajes y periódicos del otro mundo habían otorgado la medalla del glamour. Pero Ons, de repente y sin quererlo, se convirtió también en pieza codiciada. Ya había quien prefería ir más a Ons que a Cíes. Y en esto entró la Xunta, que se olvidó de que Ons es tierra habitada desde hace muchos años y se puso a querer regular las entradas y las salidas cual vigilante de discoteca ochentera: "El que tiene pase pasa y el que no tiene pase no pasa". Sí, va a ser verdad: sin gobierno se vive mejor. Por lo menos no legislará nadie en nuestra contra. Tienen la mala costumbre de parecerse todos demasiado.
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