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Olga Seco Seco.

Cualquier tiempo pasado fue peor

Los días van pasando y al lado de los atardeceres muere la propia experiencia de vivir. Junto al entendimiento se conmutan las huellas que son porvenir sepultado por la dificultad y la impotencia.

La tecnología, a pesar de la idolatría que sentimos, nos está sepultando la vida. Junto a ella se vislumbran todas las condiciones de la maldad, y además en estado puro. ¿Dónde se refugian los decadentes, los imbéciles, los predicadores, los mediocres, los cortos mentales? ¿No lo saben? Tengo la sensación de que determinadas personas muertas en vida, acuden a las redes sociales a ensañarse con el prójimo. ¿Con qué pretenden dominar el mundo los ignorantes? Parece mentira que la gente que dice "en otras épocas esto no pasaba" no vean que todo se silenciaba: el maltrato, los abusos, los escarmientos y hasta los robos de los niños recién nacidos. Al principio del artículo he dicho que la tecnología nos está sepultando la vida, y lo mantengo, bien usada es muy útil, pero desafortunadamente (ya lo dije la semana pasada) se está convirtiendo en el micrófono de gente que habla por hablar.

Todo aquello que es ofuscación va desprovisto de cualquier razonamiento. La voz que viene precedida del dogma siempre apunta a la dignidad y al cargo de conciencia. En resumen: la culpa. Cualquier tiempo pasado fue peor, y me parece un despropósito elogiar cualquier forma de dictadura.

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