Claro que al amparo de esta magnífica noticia me quiero referir a otra iniciativa nacida hace muchos años, cuando los rellenos del puerto nos dejaron sin litoral marítimo y, un poco, como una de las compensaciones (pírricas compensaciones) que nos hizo el Estado por cambiar nuestra fisonomía urbana. Me refiero a la escuela-taller "A Aixola" que empezó con mucha fuerza, pasó por manos sucesivas, y fue la tabla de salvación para numerosos jóvenes que aprendieron sus oficios bajo el techo de la instalación, y otros menos jóvenes que se pusieron al día en "lo suyo" mediante cursos de diverso nivel y competencia. "A Aixola" está ahora y desde hace ya años, vacía, como una jaula de pájaros sin pájaros con lo que no cubre las expectativas de su razón de ser. De allí salieron profesionales de carpintería de ribera; soldadores, operarios de velería náutica y un sinfín de expertos en diversas materias relacionadas con el mar, muchos de los cuales se ganan el pan de su familia gracias a haber pasado una temporada allí bajo direcciones competentes y según planes de formación efectivos. Evidentemente, para eso se "parió" la idea y se construyó la escuela lejos siempre de comprender cómo, al cabo de unos años, la instalación está vacía y en peligro de que, cualquier día, por falta de iniciativas apropiadas, nos la llenen de maíz, de serrín, de sal o de carbón mismamente. ¡Que pena!