Faro de Vigo

Faro de Vigo

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

José Manuel Ponte

inventario de perplejidades

José Manuel Ponte

Una larga partida de póker

Oigo en una cadena de emisoras de radio una entrevista con el presidente de Gobierno en funciones y candidato a repetir en el cargo, don Pedro Sánchez. Preguntado por sus relaciones con Unidos/ Unidas Podemos, socio declarado preferente para lograr la investidura, el dirigente socialista reconoce que no pasan por un buen momento, hasta el punto de que desconfía de su apoyo en el Congreso. Dice que le han hecho a Iglesias cinco ofertas, con diversos grados de implicación en la gobernanza del país, pero que su interlocutor las ha rechazado todas. Entre otras cosas porque pretende imponer -siempre según Sanchez- no solo su presencia física en el Gabinete sino también sus criterios sobre asuntos de gran trascendencia política como el contencioso catalán. Y no solo eso, ya que en una maniobra claramente provocativa Iglesias ha convocado, sin avisar de ello al "socio preferente", una consulta a las bases sobre el grado de apoyo a brindar al PSOE, con dos preguntas que orientan una respuesta favorable a las tesis de quien las plantea.

En esas condiciones la posibilidad de una próxima investidura del candidato socialista se esfuma mientras toma cuerpo la amenaza de una nueva consulta electoral para el otoño. ¡Qué sería la quinta en cinco años! A falta de saber la respuesta de la dirección de Podemos a las declaraciones de Sánchez, a nadie se le oculta que el PSOE hubiera preferido pactar el Gobierno con Ciudadanos pese a la advertencia de las bases socialistas a su secretario general en la celebración de la victoria en las últimas elecciones. "¡Con Rivera no, con Rivera no!" le gritaron frente a la sede de Ferraz.

El pulso entre Sánchez e Iglesias para ver quién cedía antes se comparó en algunos medios con una partida de póker en la que los jugadores ocultan su juego hasta el final subiendo la apuesta hasta rendir al contrario. Para los protagonistas del juego no dudo que este ejercicio de disimulo puede resultar apasionante pero para quienes estamos fuera de la mesa el intercambio y la ocultación de las cartas no reviste ningún interés. Más bien produce hastío. Por fortuna, la falta de timonel al frente de la nave del Estado no parece haber puesto en peligro la integridad del pasaje ni de las mercancías y el rumbo se mantiene sin mayores problemas.

En un estupendo reportaje el periodista gallego Xosé Hermida y Anabel Díaz nos informan que, pese al bloqueo político el país no se ha paralizado, la economía crece satisfactoriamente, los funcionarios cobran puntualmente sus nóminas y los servicios públicos más importantes (sanidad y educación, por ejemplo) todavía no se han deteriorado de forma irreversible. Falta por supuesto afrontar reformas importantísimas como acordar un sistema que garantice la viabilidad de las pensiones, derogar la reforma laboral, medidas para paliar los efectos nocivos del cambio climático, y un largo etcétera. Pero vistas, y padecidas, algunas decisiones gubernamentales, a veces es mejor acogerse a los beneficios de la inactividad de nuestros representantes políticos. Suspirábamos por superar el sistema bipartidista por las prácticas nepotistas y la corrupción que propició y ahora hemos caído en el bloqueo político por obra y gracia de cuatro o cinco partidos que no son capaces de ponerse de acuerdo para gobernar pacíficamente.

Compartir el artículo

stats