El próximo martes, Dios mediante, los marineros de todas las edades, muchos de ellos con añoranza sin fin de su profesión, portarán la imagen de la Virgen del Carmen, desde el Nuevo Templo hasta el muelle, para embarcarla y pasearla por la ría aprovechado su presencia para rendir homenaje floral a aquellos que dejaron su vida en los mares. Todos los años, en el puerto de Marín y en multitud de pueblos marineros, se repite la escena y se renueva el fervor de los rudos marineros que muchas veces parece que quieren reflejar lo que realmente les supone emoción infinita en tal día como el 16 de Julio.

La imagen de la Virgen del Carmen de esta parroquia ha salido en infinidad de ocasiones al mar. Cuando aquí había una gran flota pesquera, eran muchos los buques que la acompañaban y hacían sonar constantemente las sirenas de sus chimeneas. Incluso mucho antes, cuando los barcos eran solo "xeiteiros" y similares, salían orgullosos cargados de gente, que compartía la emoción del momento, y antiquísimas fotos, atesoran este recuerdo de un pueblo rendido al mar y a la actividad de sus pescadores. Los grandes barcos fueron desapareciendo pero alguno se resistió a dejar la tradición como el "Mar de España", que patroneaba con orgullo Eduardo Santiago (q.e.d.), al que sucedió el de José Rosales "Virichao" siempre fieles a la tradición. Valgan estos dos nombres para homenajear a todos aquellos que, durante años, cedieron con orgullo sus barcos para tan piadosa "marea" a lo largo de la historia local.

Desde hace unos años para acá, con la falta de los pesqueros que ya no existen o están navegando por lejanos mares, ha salido al quite Antonio Alonso, propietario de la pujante empresa de remolcadores del Puerto de Marín, quien no se conforma con poner el gran buque que porta la imagen de la Virgen, sino que hace que la escolten otras tres unidades de su flota a lo largo del recorrido marítimo. Junto a estos singulares barcos, a babor y a estribor, numerosas embarcaciones de pequeño tamaño, profesionales de pesca o de navegación de ocio o deportiva, forman una comitiva flotante de gran plasticidad y significado. Alonso Cabaleiro ha mostrado en varias ocasiones el orgullo de ser el portador de la imagen, incluso consciente de los riesgos que supone, a lo que antepone la devoción y la tradición, además de un exquisito cuidado para evitar cualquier percance negativo. El pasado año la alcaldesa María Ramallo y la Cofradía marinera del Carmen le rindieron un emotivo homenaje de gratitud conscientes de su buena voluntad y mejor disposición y, Alonso, manifestó su agradecimiento al pueblo en las persona de la alcaldesa y del párroco y se acordó de considerar el apoyo que, a lo largo del año, recibe de las entidades y empresas portuarias, consignatarios, prácticos, capitanía etc. para continuar en el día a día de su aportación empresarial a las mejores condiciones posibles del Puerto marinense de cara al futuro, sin olvidarse de las razones de fe y devoción que animan a tan generoso esfuerzo, suyo y de sus tripulaciones.

Manifestemos gratitud a quienes históricamente han hecho posible mantener la tradición religiosa del Carmen, y especial consideración a Alonso Cabaleiro por su gesto de cada año que posibilita su continuidad.