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Javier Sánchez de Dios.

Crónica Política

Javier Sánchez de Dios

Agravio selectivo

Es posible que en lo de la selectividad -al menos en Galicia- no ocurra aquello que Shakespeare hacía decir a Hamlet sobre el olor a podrido en Dinamarca, pero algo pasa. Los datos publicados por FARO acerca del "bajón", 1,25 puntos en la media de Bachillerato que esa prueba supone de media entre los examinandos de este antiguo Reino, es mucho, y no puede argumentarse para explicarlo ni una supuesta desidia general de los estudiantes gallegos y menos aún una torpeza singular. De modo que, anécdotas aparte, aquí huele a chamusquina.

(No es un asunto banal, y menos en estos días cuando aquí se estrena el modelo que adelanta a julio la segunda oportunidad preuniversitaria. No hubo grandes protestas, pero la modificación es más que opinable; en todo caso, los gallegos acudieron a la ocasión, y se juegan el futuro sin que el Ministerio diese respuesta a peticiones razonables sobre contenidos únicos y supresión de diferencias. No parece que sea lo mejor, pero la ministra de Educación tiene demostrado que no solo resulta poco fiable en sus decisiones, sino torpe en sus explicaciones. Y así le va al país.)

Es cierto, desde luego, que con origen en sectores educativos se ha negado la mayor, que es lo de la desigualdad producida por las diferencias que presentan los exámenes en cada comunidad al no ser únicos. Pero la afirmación puede parecer más deseo que realidad, entre otros motivos por esa media estadística que rebaja la de Bachillerato, en principio más valiosa y justa que la de una sola prueba. Un dato significativo, sobre todo porque, según la información citada, afecta sobre todo a alumnos gallegos. Y del mismo modo que no se puede aceptar como "un hecho natural", que dijo la ministra Celaá, tampoco como "casual".

En este punto debería resultar obvio que algo raro pasa, y que no es posible aceptar que el dato de la nota media responde a un retraso académico general en Galicia. E igual de claro ha de ser que quien esto escribe insinúa ni una conspiración antigallega ni un argumento localista, como de vez en cuando acusan ciertos gurús de pacotilla convencidos de que cuanto dicen es un dogma. Lo que se pretende expresar es que ocurre lo que ocurre porque los exámenes son distintos y eso significa desigualdad. Y que lo que denuncian los rectores de Santiago, Vigo y A Coruña es la verdad, la diga Agamenón o su porquero. Y más gente, bastante más.

Lo expuesto, que es solo opinión, pero no agota el argumentario, justificaría que a estas horas, además de los mencionados estamentos, todos los demás se hubiesen manifestado acerca de una cuestión que, por cierto, podría verse repetida y agravada en estos días. Y que resulta un agravio a la recta razón, como lo fueron otros casos anteriores, distintos pero significativos. En Galicia ya se anularon pruebas, obligando a los examinandos a repetirlas, por supuesta filtración de los contenidos de la prueba, y que casi anteayer, el Reino protagonizó una situación absurda. Cabe preguntarse si es que todo eso, que perjudica el futuro de muchos jóvenes y por tanto del país, no interesa a eso que llaman la "clase política".

¿ Eh??

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