Nada que ver con eso de que nos hacemos mayores. Para nada. Es que el pasado fin de semana el pater Alberto Cuevas, que ya había llevado a sus fieles al remozado Pórtico de la Gloria en Compostela, los trasladó esta vez a la burgalesa ciudad de Lerma, que hasta noviembre alberga la exposición de arte sacro "Las Edades del Hombre", dedicada en esta edición a los ángeles. Y dice el Monseñor que "las edades" son siempre una preciosa excusa para disfrutar de los tesoros de Castilla: su historia, arte, fiestas, gastronomía, vinos de diversas denominaciones... Y tal ha sido el programa: la exposición artística de Lerma y además el contacto con las pastas de las monjas que de clarisas se trasplantaron, con éxito de incontables vocaciones universitarias, al hábito vaquero de Iesu Conmunio; luego cordero y morcilla bien regados en Covarrubias; inyección de románico en vena en el Monasterio de Silos, con exposición incluida del pintor Antonio López y, de merienda, las vísperas gregorianas cantadas por los monjes... Para luego regresar a Burgos que estaba con las verbenas y fuegos artificiales de sus fiestas patronales. Preguntadle a las hermanas Otero Novas, Teresa y Cristina, o Aurora Selvi, Mari Carmen Sánchez Real, la doctora Burguer, Ana San Martín, Mercedes o Andrés Sande, Maribel Cuevas, Lidia Méndez, Juan Vilas, Rafael Laso, Fran Calle, Luciano Lage, Benito, Celso...
En Baredo con el licenciado
El periodista Luis Piñero me recogió ante el Sireno de Leiro, en la Puerta del Sol, y pusimos rumbo hacia Baiona, lugar de Baredo, donde con la vista del mar tienen su casa el licenciado Morales, expresidente de los agentes comerciales, y su mujer, María José Llauger. Allí nos esperaba el pontevedrés Paco Sartier y la suya, Beny Arán, preparando dos lampreas congeladas, ya elaborada la empanada de pulpo por la anfitriona del lugar. Pronto aparecieron el exrector Luis Espada, actual Defensor del Ciudadano, su mujer la médico Merchi Castro y la propietaria del Pazo de A Fraga, en Albeos-Crecente, Marisa Fernández. Comimos con moderación, Espada nos hizo brindar con "tinto da terra" por el 40 aniversario de la Universidad viguesa que él inauguró como Rector Magnífico, su mujer nos hizo reír con ese también magnífico humor que la distingue, Sartier quedó en conseguir rabo de toro de verdad para su próxima misión culinaria y hasta cantamos "Alecrín dourado", no como Ana Kiro pero casi.
Y en casa de Mila Gabarain
Ya de vuelta a Vigo hice una parada en la casa del tolosano o tolosarra Xabier Ortiz, un enamorado de Baiona cuya empresa de Tolosa trabajó muchos años para Citroën. Xabier, a cuyo hijo chef de alta cocina le presentamos en Vigo hace poco su novela Las leyendas del Caldero, es además de apasionado de la fotografía un buen cocinero, y había preparado horas antes unas setas (rusulas cogidas por él mismo), gazpacho y cordero al horno con Jaime "Capitán" como invitado. Tanto su mujer, la donostiarra Mila Gabarain, como la mejor amiga de ésta, Maru Alonso, le dieron su bendición, así que estaba feliz como un "beatus ille" con la femenina aprobación. Yo solo tomé un café porque ya venía comido pero gocé de su amable compañía.
