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Carmen Pérez Novo.

Cuidado cerebral

Pequeños cambios para mejorar las capacidades cognitivas

Nuestro cerebro es una máquina perfecta, con neuronas y células gliales; además, en él se almacenan experiencias y recuerdos que conforman gran parte de lo que somos. Por eso, cuidarlo es de vital importancia. De hecho, nuestro estilo de vida determina muchas dolencias, que pueden evitarse. La mala alimentación, la falta de sueño y de ejercicio, el estrés continuo, el tabaquismo y los contaminantes ambientales, todos ellos dañan las frágiles células del cerebro.

Afortunadamente, el deterioro mental no es irreversible. De hecho, el cerebro es increíblemente dinámico y tiene el potencial y la capacidad de cambiar en cualquier momento, a lo largo de nuestra vida.

Por eso, podemos llevar a cabo pequeños cambios que marcarán grandes diferencias en las capacidades cognitivas:

1) Consumir más grasa sana. Los ácidos grasos omega-3, que se encuentran en alimentos como el salmón, nueces y semillas de lino, ofrecen una serie de beneficios para la salud, tales como mejorar el rendimiento cognitivo y el estado de ánimo; también ayudan a evitar determinados trastornos mentales. Por otra parte, apoyan la plasticidad del cerebro, que es su capacidad para cambiar la respuesta a las demandas de estimulación que se le plantean, lo que podría aumentar el desarrollo de varias moléculas relacionadas con el aprendizaje y la memoria. Fíjense si son importantes, que una deficiencia de ácidos grasos omega-3 también se ha relacionado con un mayor riesgo de trastornos mentales, como el trastorno por déficit de atención, dislexia, demencia, depresión, trastorno bipolar y esquizofrenia.

2) Tomar té verde. Es una fuente rica en antioxidantes, nutrientes y minerales. Es bien conocido por su capacidad para proteger el cuerpo contra los radicales libres y por su poder para aumentar la quema de grasas y la tasa metabólica del cuerpo.

3) Caminar estirando. Son muchos los estudios que avalan que ayuda al cerebro a resistir la contracción física y mejorar la flexibilidad cognitiva. Es necesario saber que incluso el ejercicio moderado, como caminar durante 40 minutos tres veces a la semana, puede mejorar la conectividad de los circuitos cerebrales, disminuyendo el deterioro de la función cerebral, debido al envejecimiento, e incluso aumentar las habilidades cognitivas. Pero también se ha demostrado que los estiramientos tienen efectos positivos sobre la capacidad intelectual.

4) Descansar, al menos, 7 u 8 horas diarias.

5) Y, por supuesto, relacionarse, tener amigos, porque todo ello nos aporta no solo experiencias, sino también apoyo, estímulos e ilusiones.

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