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Santiago Lago Peñas.

No es país para jóvenes

Todo cuadra. Las percepciones personales y los datos; los estudios y las anécdotas. Galicia y España no son países para los jóvenes. Sobre todo, para los que les gustaría formar una familia. Vayamos por partes.

Los españoles y los gallegos no somos raros. Nos situamos cerca de la media europea en cuanto a número de hijos deseados: ligeramente por encima de dos en media. La mayoría de los jóvenes quieren. Por tanto, los bajísimos índices de natalidad que observamos no tienen que ver con que deseemos la extinción.

El problema son las condiciones para concretar el deseo de procrear. El mercado de trabajo está muy difícil. La precariedad hace casi imposible asumir una responsabilidad de muy largo plazo como es la de ser padres. La falta de sensibilidad para la conciliación laboral en muchas empresas resta también. Los horarios son poco racionales.

Y si lo anterior fuese poco, la inversión pública en política de familia nos sitúa en la cola de la Unión Europea. Tener hijos se sigue viendo como un asunto fundamentalmente privado. Consecuentemente, algo que debe ser resuelto por los padres. En el IRPF es ridícula el coste que se reconoce por criar hijos. La renta gravable para familias de idénticos ingresos con y sin hijos es esencialmente la misma para Hacienda.

Podemos seguir hablando y creando comisionados. O podemos actuar con la intensidad y rapidez que exige la situación.

*Director de GEN (Universidad de Vigo)

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