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Javier Sánchez de Dios.

Crónica Política

Javier Sánchez de Dios

La fuerza del sino

A estas horas, y a la espera de que remate el cínico espectáculo de Ciudadanos, las histéricas proclamas del secretario del PSOE de aquí y se concrete más la vía que abre la D.O. del señor Jácome, queda margen para todo tipo de cábalas. De momento queda claro que aquellos solo quieren aparentar, esos completar el zurrón de Sánchez con otra Diputación y los terceros abandonar la plaza fija de la oposición y tocar pelo de poder. Mientras, no serán pocos los que hablen de lógica, ética y estética, e incluso alguno habrá, estando un Baltar por medio, que se refuera a "la fuerza del sino" cambiando a don Alvaro por el actual titular de la corporación provincial de Ourense.

Lo pintoresco será que a todo ello se apele como si los tres -o más: siempre es posible- apartados de la Filosofía fuesen de aplicación común y habitual en la política de este Antiguo Reino. Y es que buena parte de la biografía de don José Manuel, que no don Álvaro, se debe quizá al destino: está donde está -además de por méritos "de guerra"- por herencia de un padre que se autocalificó como "un bo cacique". Se refería quizá más a su carácter personal que a la manera de gestionar, pero la condición que se dio a sí mismo también se hereda, aunque en negativo, y de ahí viene una parte de los problemas de la dinastía.

Pero no incide solo ese factor. De algún modo, en ese lenguaje sibilino que a veces utilizan las direcciones de los partidos para que cada cual interprete lo que le convenga, ni el presidente Feijóo ni su secretario general Tellado quisieron referirse a la circunstancia ourensana. Y eso es significativo, sobre todo después de la inclusión del adjetivo" limpia" utilizada por el máximo responsable del PPdeG para referirse a la aplicación del principio -parecía que ya difunto- de la lista más votada. Y es que la sibila, a veces, hablaba más claro callándose. Punto.

Es posible que en estas horas, y las próximas -porque el calendario aprieta- se crucen contundentes y/o apasionados alegatos sobre don José Manuel desde los socialistas, los seguidores del líder de Democracia Ourensna -que tiene la llave- y hasta de otros grupos que aprovecharán para salir a la palestra. Incluso el árbitro que pitó el penalti, por utilizar el lenguaje futbolístico, que puede derrotar casi en el último minuto a una saga, el jefe Ciudadano de allí; que sugiere algo que muchos dudan: que el señor Feijóo pueda cambiar el sino baltariano. Parece una "invitación-trampa", como se dice ahora.

Expuesto todo ello, que no agota hipótesis ni posbilidades, el desenlace no puede tardar mucho. Y como ocurre casi siempre, sólo muy pocos plantearán lo que en el fondo late aquí: el poder sobre una corporación que, en opinión de bastantes y en general, sirve para poco más que consolidar poder político y manejas presupestarias que solo en teoría sirven parta apoyar a pequeños municipios frente a grandes intereses. Todo es opinable, desde luego, pero quizá por eso hasta hace muy poco quienes gobiernan ahora esas entidades eran partidarios de eliminarlas. Un criterio que cambió al darse la vuelta a la tortilla, y rebautizarlas con el adjetivo "nuevas" es tan fiable como creer en la fuerza del sino.

¿O no?

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