Que María Ramallo está muy bien considerada en el PP es un hecho. Incluso Feijóo, en su mitin en Marín, aseguró que la postuló para conselleira y ella se negó porque prefirió seguir siendo alcaldesa aquí. El partido sabe perfectamente el valor que tiene la personalidad política de Ramallo que ya ha recorrido nos distintos niveles de la política a nivel local, autonómico y nacional, en diversos cargos. Y esta vez sí, hay que preguntarle al presidente de la Xunta ¿y ahora qué, señor Feijóo?, porque la Xunta le debe a Marín éxitos políticos como el del 26M. Sería una verdadera vergüenza que, dentro de cuatro años siguiéramos suplicando el dichoso auditorio del que presumen hasta las aldeas gallegas, dicho sea con máximo respeto, y que aquí es una permanente petición. Sería otra vergüenza, y ya más de preocuparse, si en esta legislatura no se completan los servicios prometidos en el Centro de Salud, entre ellos lo de la radiología que obliga a desplazarse a los marinenses a Pontevedra; o la mejora del servicio de ambulancia que le fue arrebatado a Marín hace unos años, con la teoría de que "menos" es mejor que "más". Y así otras cosas que este municipio necesita de las que el grupo local del PP habrá pedido en múltiples ocasiones. Por cierto, en lo del auditorio, si Feijóo fuera justo, se volcaría porque, recordará que, a su llegada para sustituir al malogrado Cuíña, fue él quien lo echó abajo cuando había proyecto aprobado y dinero para su construcción. Yo sí lo recuerdo, viejo que es uno, ya ves.
DOS: SATISFACCIÓN
