Durante el proceso de vida con las diferentes etapas, las parejas y familias afrontan desafíos, unos fáciles de gestionar y otros más complejos, que les absorberán tiempo y recursos personales y económicos. Cuando no se gestionan a tiempo y van in crescendo, les llegarán a descompensar psicológicamente, cayendo en disfunciones psíquicas y trastornos mentales, así como en otras enfermedades de índole variada.

Las crisis familiares, afectan a personas y familias. Y el sufrimiento contribuye a la enfermedad. Trastornos digestivos, cardíacos, hormonales y endocrinos, y múltiples enfermedades crónicas, que tienen su origen en las emociones permanentemente alteradas, como consecuencia de los disgustos duraderos. Los más comunes son las tensiones y roces en la pareja, que a veces se transforman en auténticos conflictos, y si a ello se suman las divergencias con la familia política, las desavenencias se multiplican. A día de hoy, las relaciones problemáticas con la familia política, es uno de los factores claves, que influyen en la separación de las parejas. Resaltar también los que se generan entre los hermanos, con su lucha por el amor de los padres, pues cada familia es un mundo y la psicología de sus miembros también; surgen celos, competencias e incluso llegando hasta el extremo de resentimientos y odios de por vida.

Muy sensible es el tema de la herencia, afortunadamente no en todas las familias; al fallecer los padres, puede desenmascarar discrepancias y envidias, tanto en situaciones sin testamento, o que hubiese un testamento inesperado para algunos. También afectan los amigos al grupo familiar, al no coincidir con la pareja o hermanos en el afecto y amistad que se les profesa, y así se generan enfados.

La economía también aporta un conjunto de problemas. Con las propiedades y el dinero, se despierta la ambición y como los recursos son limitados, las emociones explotan. El estrés surge cuando se unen varios factores que alimenten las discusiones, creando distanciamientos irreversibles. Cuanto antes decidan buscar soluciones, existen más probabilidades de frenar las crisis. Hay situaciones familiares que se han ido solucionando favorablemente, lo cual demuestra la importancia de disminuir la intensidad del conflicto y una modificación de la trayectoria, más favorable para todos.

Los beneficios para la pareja o familia, serán muy útiles e imprescindibles para lograr una calidad de vida, presente y futura. En conjunto se recomienda crear un compromiso por parte de las personas implicadas, y conseguir un horizonte de objetivos tipo ganar-ganar. A su vez, siempre hay que contar con las circunstancias, "Yo soy yo y mi circunstancia, y si no la salvo a ella no me salvo yo" ( Ortega y Gasset, obra Meditaciones del Quijote, 1914).

El cambio de foco será la clave. Con los familiares motivados, pueden crearse compromisos previos y así sentarse a negociar. Definiendo las metas concretas y permitiendo un mediador que pueda contribuir como árbitro, se decidirá sobre algunas medidas, para llegar a acuerdos. Imprescindible el escenario neutral para que cada uno comunique sus puntos de vista, se respeten las aportaciones del conjunto, y conseguir controlar las emociones ante posicionamientos discrepantes, y analizar los pros y contra de las opciones variadas, eligiendo las realistas.

La vida continúa y cuando en las familias se despeja el horizonte negativo, los lazos de afecto renacen. La estructura de las revoluciones científicas, Kuhn T.S. (1922-96), Harvard, Princeton, Berkeley y Massachusetts, I.T.s.

(*) Psicóloga