Algo más de un centenar de barcos cerqueros de Galicia -de los 140 existentes en esta comunidad autónoma- integran la organización Acerga, entidad que desde su creación lucha por conseguir lo que, ahora mismo, parece inalcanzable: una mínima rentabilidad económica para los armadores y tripulantes de estas embarcaciones, buena parte de las cuales se encuentran actualmente faenando en aguas del País Vasco, donde la anchoa es el objetivo primordial a pesar de su escaso tamaño, la reducción a cuatro de los días de pesca semanales y los bajos precios -0,30 euros kilo en su cotización más baja- que rigen en las lonjas locales.

Dada la situación de la pesquería -se estima que quedan en el caladero alrededor de 2.000 toneladas, con un 15% del stock en reserva para el segundo semestre de este año- los responsables del sector en Euskadi han fijado, además de la eliminación de faenar los lunes y viernes de cada semana, cupos de pesca y descarga por lo que aquellos barcos que tenían fijados 10.000 kilos pasan a disponer de 8.000 y, los autorizados a descargar 8.000, han de, obligatoriamente, conformarse con 6.000 kilos. De este modo, al tiempo que se preserva el stock de anchoa, la reducción de las ventas llevará a incrementar el precio de venta de este producto.

Previa a esta decisión, el sector intentó aprobar cupos diarios de captura, pero la propuesta no fue aceptada.

El acuerdo logrado para reducir las ventas ya había sido propuesto por el sector en la reunión que este celebró hace unas semanas en Madrid con la Secretaría General de Pesca y los representantes autonómicos de Pesca y la Federación Nacional de Cofradías de Pescadores. Pero, a pesar de haber barajado tal posibilidad, solo la evidencia de la irrentabilidad de la pesquería, debido sobre todo al escaso tamaño de la especie, hizo que se retomase ahora aquella propuesta.

La pesquería de la anchoa ha sido siempre una tabla de salvación para los cerqueros gallegos. Pero tan solo los barcos de mayor porte han podido desplazarse al Este del caladero. Aquellos con menos potencia de motores han de conformarse con seguir pescando lo que pueden en aguas de Galicia. La opinión generalizada es que el daño está hecho y que va a ser muy difícil una pesca rentable para la economía de todos los implicados en su captura.