El Papa Francisco y el gran imán de Al-Azhar han firmado en Abu-Dabi un importante documento sobre la fraternidad humana, por la paz y la convivencia común.

Este documento es de una importancia vital para poner fin a esas persecuciones y actos de terrorismo que sufren nuestros hermanos en la fe en países de África y Asia.

Me gustaría transcribir este documento, pero no me es posible por lo corto de este espacio, pero para que se vea su importancia transcribo alguno de los acuerdos que contiene.

La fe en Dios lleva a los creyentes a ver a los otros seres humanos libres, iguales en derechos y en deberes y los ha llamado a convivir como hermanos difundiendo los valores del bien, la caridad y la paz.

En nombre de Dios los musulmanes y la Iglesia católica declaran asumir la cultura del diálogo como camino de colaboración común como conducta y el reconocimiento recíproco como método y criterio.

La familia es esencial como núcleo fundamental de la sociedad y de la humanidad para engendrar hijos, criarlos, educarlos ofrecerles una moral sólida y la protección familiar. Atacar la institución familiar, despreciándola o dudando de la importancia de su rol, representa uno de los males más peligrosos de nuestra época.

La libertad es un derecho de toda persona: todos disfrutarán de libertad de credo, de pensamiento, de expresión y de acción. El pluralismo y la diversidad de religión, color, sexo, raza y lengua son expresión de una sabia voluntad divina con los que Dios creó a los seres humanos.

La justicia basada en la misericordia es el camino para lograr una vida digna a la que todo ser humano tiene derecho.

Cualquier intento de atacar los lugares de culto como atentados, explosiones o demoliciones son una desviación de las enseñanzas de las religiones y una clara violación del derecho internacional.

El terrorismo es una barbaridad y lo es más si se hace en nombre de Dios.

Protección a niños, a discapacitados, a ancianos y a los débiles, a los oprimidos que son olvidados por una sociedad cada vez más egoísta.

Bueno, el documento no tiene desperdicio, vale la pena leerlo entero. Nuestro gran Papa Francisco va al meollo de la falta de felicidad del ser humano.

Pero en estos días aparece en los medios de comunicación otro Francisco, que es un pobre hombre. En nuestra querida España aparecen unos "okupas" que quieren instalarse en un piso que creen que está desocupado; los vecinos avisan a la policía y se monta todo un dispositivo para entrar en el piso. Encuentran a un señor de setenta años muerto hace un año, soltero, ingeniero de Caminos que trabajaba en Telefónica y que vivía solo.

En nuestro país hay cerca de siete millones de personas que viven solos, que la mayoría de las veces no tienen familia y que muchos no pueden o no quieren vivir en las residencias de la tercera edad.

Estamos en período electoral..., qué pocos partidos políticos nos hablan de esta realidad que se llama "la soledad del ser humano".

En los pueblos y aldeas este problema es menor, pero en las grandes ciudades es dantesco; el caso de este segundo Francisco no es más que la punta del iceberg.

Nuestro país es la meca para toda Europa por su sol, playas y alegría. Tenemos que luchar para que sea también el más solidario y que sea un país que aparte de ser maravilloso para vivir también lo sea para morir.

*Miembro club 55