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José Manuel Ponte

inventario de perplejidades

José Manuel Ponte

De quien ella sabe...

Tenía razón la socialista catalana Meritxell Batet, recién elegida presidenta del Congreso, cuando dijo que "el ejercicio de la democracia siempre ha tenido algo de espectáculo". Y fue ella, desde el alto sitial en el que sentará los próximos cuatro años, la primera que tuvo ocasión de disfrutarlo desde la cercanía. Por supuesto, el Congreso de los Diputados no es el Teatro Español, ni lo que se representa en un lugar y en el otro tiene el mismo valor y el mismo alcance.

Pero de lo que no cabe ninguna duda es que en el edificio de la carrera de San Jerónimo se usan (con desigual fortuna) recursos propios del arte de Talía para impresionar al público. Y la mejor muestra de todo ello fueron las tomas de posesión de diputados y senadores y el subsiguiente acatamiento de la Constitución.

Las dos cosas deberían tener una regulación clara e inequívoca porque en realidad se trata de un ritual tan concreto como fácil de cumplir ¿Qué problema hay en recitar de corrido y sin trabucarse una fórmula de acatamiento de la Constitución que en ningún caso debería exceder de medio minuto de discurso? Ninguno, supongo.

No obstante, como somos un país aficionado a retorcer argumentos y echar tinta sobre el agua clara algunos de los nuevos parlamentarios han utilizado el trámite para lanzar proclamas políticas. La broma empezó hace años con los diputados aberzales que juraban o prometían con la adenda de "por imperativo legal", lo que dio lugar a numerosos informes jurídicos e incluso a una sentencia del Tribunal Constitucional que en base al respeto a la sacrosanta libertad de expresión dio la razón a los del "imperativo".

La sentencia animó a los disidentes y desde entonces asistimos al espectáculo de los acatamientos condicionados de los que ya hay una larga lista. El lunes y el martes pasado tuvimos la ocasión de añadir algunos más a la relación. Así, por ejemplo, los diputados de Vox juraron todos "por España", salvo una diputada que lo hizo "por España, por Galicia, y por el Rey".

El portavoz de Esquerra Republicana, Gabriel Rufián, invocó "la libertad de los presos (los politics, claro) y los exiliados y por la republica catalana". Pablo Iglesias "por la democracia, los derechos sociales y por España". Algo más amplio que el líder de "Unidas Podemos" estuvo el diputado de ese partido López de Uralde, exdirector de la organización ecologista Greenpeace, al prometer "por todo el planeta". Y más sentimental y provinciano se manifestó el exconseller Jordi Turull que dijo sentirse "orgulloso de ser la voz de los ciudadanos de Lleida, el Pirineo y la comarca de Aran y de defender el mandato del 1 de Octubre.

Unidad, trasversalidad y determinación" concluyó. Las proclamas me trajeron a la memoria aquellos mensajes de las emisoras de radio que se llamaban de "discos dedicados" y que fueron muy populares hace años. Mensajes del estilo de estos: "Para Aurorita en su cumpleaños de quien ella sabe", "Para Ramón, que hace la mili en Parga, de sus amigas del taller de costura de Mondoñedo". Y así sucesivamente. Los mensajes solían acompañarse con una copla española o una canción mejicana, que en aquel tiempo estaban muy de moda.

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