El método científico consiste en refutar sus hipótesis hasta conseguir llegar a una verdad temporal mediante el ensayo error. Muchas veces esas verdades temporales terminan a su vez siendo refutadas y substituidas por otras.

El método pseudocientífico, por el contrario, es más flexible y adaptable. Llegando a adaptar los hechos a las opiniones.

A mi entender ambos procedimientos no son incompatibles y deberían potenciarse mutuamente.

En otra época, cuando lo científico y lo religioso iban de la mano, la Santa Inquisición no dudaba en acabar con todo aquel que cuestionara su credo.

En 1616 el cardenal Belarmino, que acababa de quemar en la hoguera a Giordano Bruno, fue contra Galileo Galilei por defender el copernicanismo y refutar el geocentrismo de las sagradas escrituras.

Galilei, hoy considerado el padre de la ciencia moderna, fue juzgado y condenado a vivir bajo arresto domiciliario simplemente por sostener lo que para aquellos santos hombres eran teorías disparatadas; la teoría heliocéntrica o la teoría de que la luna no era plana sino montañosa, cosa que Galilei pudo observar gracias a su telescopio.

Cuando Freud justificaba el comportamiento de sus pacientes basándose en sus traumas de infancia estaba aplicando un método pseudocientífico que también fue criticado y puesto en cuestión. Hoy día la sicología moderna se sustenta en muchas de sus teorías y está completamente integrada en nuestra vida diaria. Nadie se escandaliza cuando en el colegio nos dicen que nuestros hijos somatizan porque tienen celos o sienten rabia aunque no sea algo científicamente demostrable puesto que no les pasa a todos los niños del mundo.

Que algo entre o no dentro del parámetro de lo científico, hoy día, es tan relativo como cuestionable. Los propios científicos reconocen no tener claros ciertos límites.

Por el contrario, me consta que actualmente la física y su hipótesis sobre la teoría de los universos paralelos ha propiciado que cada vez haya más científicos que valoren también la flexibilidad y el conocimiento intuitivo y que algunas de las llamadas verdades temporales se sustenten también en lo que podrían ser meras opiniones. Porque para explicar el universo han llegado a un proceso de decoherencia en el que o se admite lo incoherente, o se asume que existen objetos no físicos llamados conciencia, o que las mediciones no siempre determinan la teoría. De ahí que los propios científicos tengan grandes dudas y las barreras entre lo científico y lo pseudocientífico se hayan diluido más de lo que parece.

El conocimiento intuitivo es vibratorio y a mi entender supera la opinión.

Tomamos millones de decisiones diarias. Cada una de ellas nos lleva a obtener resultados distintos, así que cuanto más desarrollemos la intuición más hábiles seremos a la hora de enfrentarnos a nuestra propia vida y a los retos que nos depara el futuro como especie.