| Antecedentes. En 2016, las encuestas apuntaban que el BNG perdería su representación por Ourense y Lugo y quedaría su delegación tan mermada en O Hórreo que no tendría Grupo propio (5 diputados como mínimo) y habría de irse al Mixto. La noche del 25 de septiembre Ana Pontón respiró con alivio y celebró sus seis diputados, uno menos que en 2012, con alivio tras haberse situado al borde del precipicio y haber sufrido el vértigo de la caída al vacío. Y eso que sus excompañeros, entonces aglutinados en En Marea, le habían pegado un buen bocado a su bolsa de votos y conseguido 14 escaños. ¿Por qué festejar un éxito que no era tal? Porque las victorias o derrotas se definen en función de las expectativas y en las elecciones las expectativas las definen, sobre todo de cara a la opinión pública, las encuestas. El Bloque hace tres años avanzó en la senda del declive, pero venció a los sondeos.

También sucede al revés. En las elecciones generales de 2016, las encuestas le otorgaban hasta 72 escaños a Ciudadanos, pero al final el partido de Albert Rivera hubo de conformarse con 40 diputados. Y Unidos Podemos estaba en condiciones de protagonizar el sorpasso al PSOE, pero Pablo Iglesias se quedó 6 diputados por debajo de Pedro Sánchez. No era un mal resultado para ninguna de las dos fuerzas políticas. En 2012, su representación en el Congreso era cero. Podemos y Ciudadanos pasaron en cuatro años de la nada a 71 y 40 escaños,respectivamente. ¿Por qué sin embargo la noche electoral las sedes de ambos parecían estar de funeral? Porque sus expectativas, muy determinadas por las encuestas, se vieron defraudadas. ¿Y cuáles son ahora las expectativas de los partidos en Galicia en el arranque de una campaña electoral, que se presenta muy incierta por el elevado porcentaje de indecisos (46% en Galicia), y en la que el CIS acaba de dibujar un escenario de caída para el PPdeG y Unidos Podemos, de desaparición de En Marea, de crecimiento para el PSdeG y de irrupción de Cs y VOX?

| El PP. Los populares gallegos aspiran a seguir como primera fuerza y a retener los resultados de 2016, es decir repetir los 12 escaños que ahora ostentan, pero la marca PP está en caída. El PPdeG pone a prueba el plus de resistencia que le permitió a Alberto Núñez Feijóo revalidar la mayoría absoluta, cuando ésta se ha convertido en una especie en peligro de extinción en el resto de España. Es el mismo plus que ha frenado la incursión en tierras galaicas de Ciudadanos y VOX, al menos hasta el momento.

El CIS pronostica que puede perder el liderazgo en la comunidad y 4-3 escaños, pero el porcentaje de indecisos es muy alto (46%) y se concentra entre los votantes de centro y centro derecha por lo que todavía hay juego para el PP. Hasta el propio director del CIS, José Félix Tezanos, ha puesto en duda que los populares caigan tanto en intención de voto. Los populares confían en darle la vuelta a la tortilla y que los electores con dudas al final se decanten por ellos, y, de este modo, la noche del 28-A celebrar la derrota de las encuestas. En todo caso, si se cumplieran los designios del CIS, el PPdeG sería de los que mejor y más resisten en toda España. Galicia sería la segunda comunidad donde el PP lograría mejor porcentaje de voto (19,4%), solo superado por el 20% de Extremadura. Nada que ver con la debacle de otras autonomías: solo un 2,5% de votos en Cataluña y País Vasco. Perder 4 escaños de 12 no sería nada en comparación con desaparecer de Euskadi, donde ahora tienen dos diputados, o pasar de 6 actas a solo una, en Cataluña, donde Pablo Casado ha colocado a su fichaje estrella, Cayetana Álvarez de Toledo , ya saben la Messi del PP. La lista de derrotas puede ser larga, según la previsión del Centro de Investigaciones Sociológicas: Andalucía, podría de 23 a 9-11 escaños, Castilla-La Mancha, de 13 a 5, Comunidad Valenciana, de 13 a 6-7, Canarias de 6 a 3 diputados. En este hipotético escenario, Feijóo emergería como la figura resiliente del PP. Su política, su estilo y su estrategia serían el contrapunto, en realidad ya lo es, a Pablo Casado, y con mejores resultados, dentro de lo malo.

| El PSdeG. El viento sopla a favor de los socialistas gallegos. Los líos por las listas no hacen mella en el partido, que ve posible dar la razón al CIS y sumar 3 o 4 escaños. A los socialistas les beneficia la crisis de En Marea y la división del voto en la derecha. Con un 23% de los votos, otorgados por la cocina de José Félix Tezanos, apenas un punto más que en los comicios de 2016, el PSOE podría erigirse en la fuerza más votada de la comunidad. Gonzalo Caballero tiene opciones de sacar pecho en las primeras elecciones que vive el PSdeG bajo su dirección, y así encarar con ánimo las elecciones municipales del mes que viene y empezar a preparar los comicios autonómicos de 2020, ya no tan lejanos. El éxito se relativiza en comparación con otras comunidades. El vistazo a los vecinos que puede insuflar ánimos al PPdeG y maquillar un posible mal resultado para Feijóo, sin embargo agua el ascenso de los socialistas gallegos. El PSdeG cosecharía para Pedro Sánchez el quinto resultado más modesto. Su 23 por ciento de intención de voto estaría muy por debajo del 38% de Extremadura, el 29% de Andalucía y La Rioja, el 28,6% de Comunidad Valenciana o el 27,8% de Madrid. |

| En Marea y Unidas Podemos. Cuando empezaron los líos entre los socios de En Marea, que fue muy pronto, unos y otros reclamaban mayor peso en la alianza, pues entendían que eran ellos los que aportaban más votos. Los dirigentes de Podemos defendían que los 14 escaños en el Parlamento gallego se habían logrado gracias al arrastre de Pablo Iglesias, y el bando de Luís Villares replicaba que, sin el voto nacionalista sustraído al BNG, gracias a su presencia en el proyecto rupturista, el grupo parlamentario sería menos abultado. Estas elecciones dictaminarán quién tiene razón en este viejo pleito. El CIS de entrada inclina la balanza hacia Podemos, pues le otorga dos escaños, y deja fuera del Congreso a En Marea. Eso sí, los votantes castigan las crisis internas y pasarían de 5 a dos diputados. Villares y su gente no pierde la esperanza, pues entienden que el divorcio es muy reciente, y aún no caló en la ciudadanía que hay dos listas diferentes. Apenas tienen quince días para intentar el cambiazo. Con el resultado en la mano, a partir del 28-A, el ambiente en el Grupo parlamentario de En Marea en Santiago será más irrespirable. ¿Quién hará las maletas? |

| El BNG. Las expectativas para el Bloque vuelven a ser negativas. El CIS lo mantiene fuera del Congreso, pero la formación frentista se aferra al 4% de votos que recibe "otro partido" sin identificar en la encuesta oficial y se atribuye esas papeletas. El divorcio de En Marea le abre una oportunidad para recuperar voto nacionalista y regresar a las Cortes. En ello están. Juega a la contra que la campaña está muy polarizada, y se desarrolla en un marco muy estatal. |

| Las novedades. Para el PPdeG, una de las peores noticias de la noche del 28-A sería la entrada de Ciudadanos y VOX. Hasta ahora campaba a sus anchas en el flanco del centroderecha. Las incursiones de Ciudadanos no habían tenido éxito y a VOX no se le conocía. Una de las fortalezas del PP gallego era precisamente haber frenado la entrada de otras fuerzas conservadoras. El CIS prevé dos escaños para Ciudadanos y uno para VOX en A Coruña. Albert Rivera disfrutaría con especial ganas la llegada a Galicia, tras tanta resistencia, y eso que no sería su mejor resultado. Al contrario, sería el tercer balance más bajo por comunidades, el 7,5% de los votos frente al 12,5% de Aragón, por ejemplo. Santiago Abascal podría arañar un acta, pero sus feudos estarán en otros territorios. Tanto que no planea hacer campaña en Galicia. Puede recabar el 2% de los papeletas frente al 7,9% de Comunidad Valenciana o el 7% de Murcia.