Galicia se ha beneficiado sustancialmente del Estado autonómico. Hoy estamos mucho mejor de lo que estaríamos en un Estado centralizado. La discriminación que sí existía en la dictadura cambió radicalmente con la democracia y la descentralización. Fijémonos, por ejemplo, en los cambios en el mapa español de infraestructuras que aparece en el Gráfico adjunto.

En particular, en el eje vertical aparece la variación en el peso de cada territorio en el stock de infraestructuras públicas entre 1980 y 2015. Un valor positivo significa que se ha invertido más en él que la media. Y un valor negativo, que ha perdido posiciones relativas. Es evidente que todos hemos avanzado en los últimos cuarenta años, pero unos más que otros. Por su parte, en el eje horizontal aparece el nivel de PIB per cápita de cada Comunidad en 1980, siendo 100 la media.

Los datos muestran una moderada correlación negativa. En conjunto, las CCAA con menor nivel de desarrollo relativo en 1980 han visto que sus dotaciones de capital público aumentaban por encima de la media y viceversa. El vector de la equidad (invertir más en quién está rezagado) habría ganado al de la eficiencia (invertir más dónde las infraestructuras tienen mayor uso) por el efecto conjunto de la inversión territorializada del Estado, las políticas regionales europeas y española y la fuerte nivelación que beneficia a los gobiernos autonómicos que cuentan con menor capacidad fiscal.

Galicia era en 1980 la tercera Comunidad menos desarrollada y es la segunda que más ha avanzado desde entonces en cuanto a su dotación de infraestructuras, solo por detrás de Andalucía. Estos son los datos.

*Director de GEN (Universidad de Vigo)