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José Manuel Ponte

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José Manuel Ponte

Sobre el estilo Panenka

Fuera del carrusel político, el interés de los medios (sobre todo madrileños) estuvo centrado en el penalti que Sergio Ramos convirtió en gol contra Noruega en el estilo llamado de "Panenka". Es decir, la forma de golpear la pelota que Antonín Panenka, jugador de la selección checoslovaca, se inventó para burlar al portero alemán en la final de la Eurocopa de 1976 en Belgrado. Ganaron los checoslovacos en la prórroga, pero más que por el resultado final el partido pasó a la historia por la técnica empleada por el lanzador de lo que en el argot futbolístico se conoce como "pena máxima" en la medida que se asimila al fusilamiento. Todo el mundo esperaba, dada la situación de empate en el marcador, que Antonín Panenka, un futbolista de aspecto rudo, con las piernas un poco torcidas y bigote de leñador, intentaría asegurar el gol con un golpeo violento para no dejar reaccionar al portero. Pero hizo todo lo contrario, amagó el tiro, levantó el balón con la puntera de la bota y una vez vencido el guardameta que se fue al suelo con el engaño, hizo entrar la pelota muy despacio y a media altura por el centro de la portería.

El asombro fue general porque nadie podía esperar que, estando un título tan importante en juego, un jugador tuviese la sangre fría para obrar de esa manera. Desde entonces otros jugadores dotados de buena técnica han utilizado esa suerte para tirar los penaltis arriesgándose incluso al reproche de la afición en el caso de fallarlos. Y entre esos jugadores hay que contar a Sergio Ramos, que aunque se desempeña habitualmente como defensor, hace cosas propias de delantero tanto por sus subidas al ataque para rematar de cabeza como por el lanzamiento de faltas en la proximidad del área enemiga. La crítica deportiva madrileña, tan propicia al ditirambo, describe la hazaña de Ramos en términos homéricos y poco menos que lo sitúa como el mejor intérprete de la técnica empleada por el visionario checo. No es para tanto. Después del Panenka original hubo otros que hicieron lo mismo con toda seguridad y eficacia. No vamos a enumerarlos a todos, aunque en esa lista encontraríamos a Zidane, a Maradona y a Messi por poner tres ejemplos ilustres. En cualquier caso, yo me atrevería a decir que el mejor intérprete de esa suerte que yo haya conocido fue Djalminha, un brasileño que formó parte de la nómina del Deportivo cuando ese equipo conquistó la Liga y la Copa del Rey. Solía tirar todos los penaltis al estilo Panenka y resultaba inexplicable cómo sabiendo los porteros por dónde vendría la pelota resultasen engañados una y otra vez. Una fascinación parecida a la que experimentaban los defensas que se oponían a Garrincha, otro brasileño fabuloso.

Todos sabían que después de unos amagos acabaría por desbordarlos por la derecha, pero caían siempre en el engaño. En una ocasión, jugando contra el Racing de Santander en el estadio de El Sardinero, Djalminha lanzó un penalti al estilo Panenka y vencido el portero entró en la portería casi al mismo tiempo que la pelota. Tal era la seguridad que tenía en su dominio de la técnica.

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