Las personas semejantes transitan por nuestra vida con el honor logrado mediante el respeto y la afinidad. Desgraciadamente, no todo lo que nos rodea es semejanza. En nuestra condición de vivientes tropezamos con personas que son nuestra antítesis; la mayoría de las veces las diferencias son causa de impresión. En la proximidad, generalmente, aunque sea durante un rato, todo tiene aspecto de allegado: una palabra, una persona, y hasta un perro... ¡A pesar de las diferencias!

Hace unos días derramé lágrimas de risa. Sí, de las que no se lloran con dolor, y son guiño de simpatía. Los trenes son lugares mágicos, la mayoría de las veces, la mente se mueve al ritmo de los sentidos y las influencias ajenas. Claro, los trenes son testimonio de diferencias cercanas que duran hasta la estación más próxima... En mi vagón viajábamos seis personas: dos monjas, y tres músicos que habían actuado en Galicia. Al principio, el silencio se desmayaba entre los asientos; pero oigan, con la precocidad del tiempo, la cosa fue cambiando. Los músicos, con el apoyo material de una canción, se ganaron la simpatía de las monjas. Además, una de ellas, con una enorme sonrisa dijo que era amante de la música góspel. Ante semejante manifestación, los músicos y yo le pedimos que cantara; su compañera también, y claro, a Sor Marisa (así se llama) no le quedó más remedio... En un momento, con la ayuda de la decisión dio pruebas de su talento: su espíritu religioso era satisfacción personal mediante el canto. Qué bonito y qué curioso... Ya les he dicho que lloré pero de risa; el revisor y algunos pasajeros vinieron a poner la vista a disposición de tal acontecimiento. Con demasiada frecuencia la vida nos hace pensar, la mayoría de las veces nos esclavizamos con los iguales, sin pensar que las diferencias, bien entendidas, pueden ser finura de cercanía. Lo similar no recibe la fuerza del esfuerzo, la mayoría de las veces es ilustración de afinidad. Pero lo distinto es inspiración directa de la tolerancia, por lo tanto, creo que un choque valiente entre el respeto y la educación. Además de otras muchas cosas... Pero bueno, las dejamos para otro día.