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Atarse los machos

Como ya ha publicado este periódico, la flota gallega de cerco no podrá capturar este año -salvo apaño de última hora- más allá de 964 toneladas de caballa, una ridícula cantidad dado el número de embarcaciones que componen la flota de esta modalidad en la comunidad autónoma de Galicia. Una rebaja que cercena por completo la actividad de este subsector de la pesca que ve cómo, por ejemplo, se le impide acudir a aguas vascas para ejercer en ellas su derecho a pescar en todo el caladero nacional Cantábrico Noroeste.

Según la distribución de cuotas aprobada por Bruselas, en el reparto de la correspondiente a la xarda (caballa) a la flota española le corresponde un 7,6% del total (24.618 toneladas, cuando en 2017 se aprobaron 38.432 toneladas). De esas 24.618 toneladas, a Galicia tan solo se le conceden las citadas 964. ¿A dónde van a parar las restantes 23.654 toneladas? ¿Volvemos al uso de los derechos históricos, se están pagando favores a determinadas flotas que, obviamente, no son ni las de Galicia ni las de Asturias?

Estamos hablando de un caladero nacional que integran País Vasco, Cantabria, Asturias y Galicia. Y si hubiese equidad en el reparto, si este se realizara en función del número de barcos y el tonelaje de estos, Galicia no tendría que lamerse las heridas de una distribución inadecuada llevada a cabo sin tener en cuenta para nada el peso de la flota de cada comunidad autónoma.

Pero esto a la actual administración pesquera española -al igual que las que le precedieron- le importa menos que la cola de una caballa. Es cierto que las posibilidades de capturar caballa en aguas del Cantábrico Noroeste se han reducido al menos en un 40%: de algo más de un millón de toneladas en 2017, este año se otorga, en base al acuerdo de Bergen (Noruega) un máximo de capturas de 653.480 toneladas, de las que hay que deducir 322.077 toneladas a distribuir entre la flota europea.

Sobre esa cantidad establecida, viene por parte de la administración pesquera española -supongo que bajo los criterios que han imperado en los últimos años de aplicación de los "históricos" de la pesca que priman a los que más han pescado- un reparto para nada equitativo que haría crujir las cuadernas de los barcos si estos no fueran de fibra.

En 2019 se reduce el 20% por el descuento previo del mismo porcentaje en 2018. De este modo, las posibilidades de pesca de caballa han pasado de 1.020.996 toneladas de caballa en 2017 a 653.480 toneladas en 2019.

¿Alguien me compra un lío?

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