Vocación viene del verbo latín "vocare": llamar, y lo entendemos muy bien cuando hablamos de vocación al sacerdocio o a la vida consagrada: monjas, frailes o laicos.

Pero la vocación tiene que entenderse en un ámbito más amplio. Los médicos, para que lleguen a ser apreciados por sus pacientes, aparte de tener un buen conocimiento para poder curar, deben de estar dotados de grandes dosis de humanidad. Son muchas veces comunicadores de malas noticias: "Tiene usted un cáncer". Hay muchas formas de decirlo; se puede decir : "Han aparecido unas células cancerosas en su colon y hoy la medicina está muy avanzada, vamos a poner los medios necesarios para paliar este mal".

Los empresarios, cuya misión es emprender y añadir valor a su trabajo, tienen que ser valientes para decidir en casos incierto; no es seguro el éxito de su aventura empresarial.

Aquí en Galicia hemos tenido y tenemos magníficos empresarios emprendedores: D. Roberto Tojeiro, fundador de Gadis, le oí decir hace años que "el empresario que no se arruine varias veces no merece ser empresario". La vida del señor Tojeiro es impresionante, empezó de vendedor de zapatos.

Amancio Ortega llegó muy joven a A Coruña y se empleó en la camisería "La Maja". Recién casado con Rosalía Mera, ella le dijo: "Amancio con lo que ganas no llegamos a fin de mes". Amancio habló con D. Federico, que era el dueño de la tienda, y le pidió aumento de sueldo. D.Federico le dijo que le diera unos días para pensarlo. Al cabo de unos días le dijo: "Amancio estoy muy contento, pero tengo un problema: si te aumento a ti tengo que aumentar a los diez empleados que tenemos en la tienda, y el negocio no da para este aumento, lo siento pero no puedo subirte el sueldo".

Llegó a casa y le preguntó a Rosalía si sabía coser, y Rosalía le contesto que sí. Le compró una "rimoldi" de cose y corta y empezó a hacer bragas y así fue el origen del imperio Inditex.

D. José Fernández López estudió Derecho, pero nunca ejerció. Oriundo de Lugo, su padre era un gran ganadero. Tuvo la idea de elaborar pescado congelado allá por los años cincuenta-sesenta y vino a Vigo para hablar con los entendidos en pescado: los Massó, los Curbera, los Alonso, y le contestaron: "Pepiño esta idea no irá adelante, los ricos quieren pescado fresco y los pobres no tienen dinero para comprar pescado congelado". El resultado fue que D. José Fernández López tuvo que emprender la aventura de Pescanova prácticamente solo.

En los años sesenta del pasado siglo la dieta del español era merluza congelada y pollo de granja.

Mi padre, José Regojo Rodríguez, que empezó su vida empresarial a los quince años vendiendo puntillas por las calles de Lisboa, al casarse con mi madre Rita Otero Fernández se lo trajo para Redondela y llegó a tener en los años sesenta más de dos mil empleados.

Tenemos importantes empresarios en Vigo: Amador Pérez, con Selmark; Francisco Puga, con Delta; Luciano Martínez Covelo, con Marsán, los hermanos Fernández Ibáñez y muchos más que han sabido innovarse y reinventarse adaptándose a un entorno cambiante.

La vocación tiene un secreto, que es trabajar, trabajar, trabajar. Picasso decía que "las buenas ideas tienen que cogerte trabajando".

Para ser un buen profesional no solo hay que tener buenas aptitudes sino que hay que tener buena actitud, y es la forma de llegar a buen puerto.

*Miembro del Club 55