Hace unos días viajaban en un mismo coche desde Vigo a Barbantes cuatro profesores: el director teatral Maximino Keyzán; el matemático, fotógrafo y experto en petroglifos Pepe Galovart, y los escritores Manuel Forcadela y José María Álvarez Cáccamo. Tenían sobrada razón porque iban al sepelio de su llorado amigo Manuel Vilanova, renovador de la poesía gallega aunque también escribiera en castellano, menos reconocido popularmente y con menor difusión de lo que su alto nivel creativo merecería, o quizás por eso. Allí, en el cementerio de Barbantes, caras conocidas como la de Bieito Ledo, Antón Pulido, Rodríguez Baixeras, Avelino Muleiro, Carlos Bernárdez... por citar solo a unos cuantos de la cultura entre los que llegaron desde Vigo. Vilanova, que fue profesor de Lengua y Literatura Española en el Instuto vigués de A Guía, dejó como asignatura pendiente la presentación de su último poemario, " 74 saudades para ascender aos ceos " , 74 poemas con prólogo de Forcadela, que reflexionaban sobre su pasado. Ydigo yo si fue un libro premonitorio de su muerte sin él imaginarlo, quizás escrito en total o parte frente al Miño en su casa de Barbantes, donde iba a pasar el verano y a crear al frescor de las aguas miñotas ante su estudio y biblioteca. Creo que el día 25 estaba prevista su presentación en El Corte Inglés de Vigo. ¿Lo harán otros?

Enrique, bancario y del club 600

No solo vamos a hablar aquí de placeres, también de afectos, los que tenemos en activo y los que conservamos en la memoria por gentes que se nos van, por ejemplo al bancario vigués Enrique González Iglesias, que se nos fue la semana pasada con 81 años, como en la anterior Manuel Mosquera, compañero en el mismo banco Santander aunque con 13 años más y no sé si en igual sucursal. Enrique, nacido en el barrio de Mantelas, fue el primer presidente del Club Seat 600, fundado en 1997 y, qué casualidad, Manuel también conservaba con primor el suyo. Enrique González, padre y abuelo de "Enriques" ( Tommy y Kiko), tenía según los suyos cuatro pilares, y el primero su familia con su mujer Remedios al frente, sus animales (ovejas, ocas, gallinas...) que criaba en su finca de A Salgueira, su banco (que cuidaba como si fuera suyo desde su puesto de trabajo) y sus Seat 600. Persona de carácter fuerte pero sencilla, que tenía la inteligencia de hallar su felicidad en lo poco y de positivizar su voluntaria rutina, en busca de equilibrio y tranquilidad vital. Se nos fue otro vigués de la vieja guardia, que conoció bien la evolución última de esta ciudad.

Y 23 aulas de femenino nombre

Yo a esto lo llamaría un acto en femenino y pionero, nunca visto, al menso en nuestro entorno gallego y hasta me creo que en el territorio español, que surge de la comisión de Igualdad del Instituto de Teis. Si vais hoy a las 13 horas a este centro veréis entre otras a María Xosé Queizán y a Luisa Ocampo, nieta de Ernestina Otero. Estarán de bautizo porque este día, 23 aulas recibirán nombre en femenino. O sea, que se feminiza su nomenclatura y mientras se repartirán camisetas con el lema "IES de Teis pola Igualdade". Algo compensará tanto nomenclator masculino.