Los chinos de Shanghai Kaichuang Marine International pagaron más de doce veces Ebitda por el 100% de la conservera Albo. Cuando el fondo de capital riesgo ( private equity) GED quiso consolidar su apuesta por el sector tras la compra de la pulpeira Discefa se encontró con precios muy elevados. Quizás más de uno se creyó Albo, o que esa cascada de liquidez que pulula por el mercado recaería en su empresa. Si se extrapola el precio que se ha desembolsado por Grupo Iberconsa -con un Ebitda de unos 70 millones de euros el año pasado-, la desinversión de Nueva Pescanova podría ascender a importes estratosféricos. A saber, la previsión del plan estratégico refleja un Ebitda de 104 millones en 2018, y de otros 121 para el ejercicio en curso. Mario Draghi no subirá los tipos a lo largo de este año, así que la rentabilidad del dinero seguirá siendo raquítica y, aunque los expertos vaticinan un rebote de la renta variable, es de esperar que los fondos continúen buscando dónde invertir. La multinacional que dirige Ignacio González es una buena opción, por más que pueda alcanzar -siempre con el ejemplo de Iberconsa como referencia- un precio superior a los 800 millones. Mismo importe, por cierto, que el que ya pidieron bancos por la compañía la pasada primavera. Entonces equivalía a diez veces Ebitda. Platinum, según indicaron fuentes financieras, no ha sido uno de los fondos que ya ha preguntado por Nueva Pescanova, aunque en la industria dan por hecho que lo terminarán haciendo. "Pescanova e Iberconsa están condenadas a entenderse". Entre las dos comercializan cerca de 300.000 toneladas al año, el equivalente a lo que pesca toda la flota de bandera española en casi cuatro meses.

Con la concentración del sector retail y la desaparición de actores, la presión hacia las pesqueras para que dispongan de cada vez más volumen ha ido in crescendo. Y en esas están todas las grandes compañías, además de la de Chapela y su vecina de Teis. Profand (Sofinas, Consermar, Stavis Seafoods), Pereira (Portomar, el atunero Point Saint Louis), Pescapuerta (el Falcon y más buques en África occidental), Atunlo y Marfrío (Central Lomera Portuguesa) o Videmar (Greciamar, barcos en Argentina y Namibia) no han dejado de coger músculo extractivo e industrial, además de elevar los esfuerzos en los productos de valor añadido. Han hecho los deberes.