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Olga Seco Seco.

Escritores y escritoras

Hace siglo y medio, Dostoievski terminó una de sus mejores novelas, 'El idiota'; fíjense qué talento el suyo que en una época muy difícil y complicada construyó un personaje muy similar a Jesucristo

He comenzado hablando de uno de los mejores escritores de todos los tiempos: un erudito, un visionario. Un hombre que siempre recordó los derechos del ser humano. La literatura, créanme, siempre nos enseña los caminos a seguir. Sí, el hombre que por su talento molesta al prójimo, es digno de ser seguido. Y aquí ando, una vida entera detrás del ruso... No, yo no quiero celebrar el día de las escritoras, estaría de alguna manera llorando mi condición de mujer. Me suscita más interés medirme con ellos, los escritores, por supuesto sin renunciar al vestido y los tacones. No, las escritoras no le debemos tener "miedo" a los escritores, al contrario, creo que hasta resultaría morboso algún duelo literario. Qué soberanía tiene el morbo, con ojos taladrantes, me empieza a invertir el sentido de las líneas, y el maldito traidor me quiere arrinconar junto a las humedades, las mías y las suyas...

Me gusta aproximarme al talento, alguna vez he estallado en sollozos entre sus mantas, me apasiona la fecundidad, me es indiferente si tiene pene o pena, o se llama Juan o María. Escribir es una satisfacción que nace de la necesidad del creador, y sí, creo que lo que diferencia a un escritor de un escritora es la voluptuosidad del talento. ¿Qué tal si dejamos una puerta abierta y que pase el mejor? No es necesario sumar argumentos. A veces, son la manera de apartar al hombre de la idea, sí, es absurdo argumentar algo que no favorece al intelecto o la razón.

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