No hay vuelta atrás. El consumo de energía eléctrica que registró Galicia el año pasado procedió de fuentes renovables en un 77,2 por ciento; correspondiendo a la eólica casi la mitad de dicho consumo renovable, a la sazón, el 47 por ciento. Estamos ante unos datos muy relevantes que nos sitúan en la vanguardia del respeto y máximo aprovechamiento de las energías propias y verdes. Por tanto, conviene tomar conciencia de que Galicia puede y debe liderar la transición energética y mostrar su mejor cara en la lucha contra el cambio climático. El anunciado cierre de Meirama y la instalación gradual de nuevos parques eólicos terminarán más pronto que tarde por reducir significativamente el peso del carbón en la generación eléctrica, así como las emisiones de CO2, cuya penalización económica será cada vez más elevada.

Por otra parte, la producción eléctrica procedente de generación eólica ya supone en Galicia más de la cuarta parte del total, a solo siete puntos porcentuales del carbón. Desde la Asociación Eólica de Galicia acabamos de cuantificar la explosión de esta tecnología para el próximo decenio, estimando en cinco mil millones de euros la inversión y en doce mil puestos de trabajo nuevos y estables la ocupación. La construcción y puesta en marcha de los parques previstos están detrás de estas relevantes magnitudes, lo que supondrá un estímulo determinante para el sector industrial, actividad que fija población y crea empleo de calidad. Tengamos en cuenta, además, que nuestra industria auxiliar es extraordinariamente competitiva, ya que surte de componentes y equipamientos a las mejores compañías energéticas del mundo.

Por tanto, se dibujan un horizonte y un presente que todos debemos aprovechar: empresas, Administraciones Públicas y la propia sociedad. Se impone el consenso en aras de unos objetivos irrenunciables. Los aerogeneradores de hoy en día son mucho más eficientes que los de hace veinte años, y la calidad del viento gallego es un doce por ciento mejor que la media de España. El Plan Nacional Integrado de Energía y Clima, a punto de hacerse público, también confirma nuestras expectativas. Las bondades ambientales y productivas de la energía eólica están fuera de toda duda, así que aprovechemos el viento a favor. El futuro es verde o no será.

*Presidente de la Asociación Eólica de Galicia