Como seguramente sabrán, la primera acepción de la palabra "ideología" en el Diccionario de la RAE es "conjunto de ideas fundamentales que caracterizan el pensamiento de una persona, colectividad o época, de un movimiento cultural, religioso, político, etc.". Aplicada a los distintos medios de comunicación, se habla de ideología o ideario de un medio para caracterizar las líneas generales de su posicionamiento político, social y económico.

De acuerdo con lo que antecede, el diario "El País" es tenido por un periódico independiente, con vocación europeísta, defensor de la democracia pluralista y referente de un espectro político que abarca desde el centro izquierda hasta la izquierda. Se considera también, al menos en sus inicios, como un periódico muy próximo a las tesis del Partido Socialista Obrero Español.

Pues bien, tras el intento de golpe de Estado de Tejero el 23 de febrero de 1981, recuerdo muy bien que el citado medio publicó una edición especial con la siguiente portada: "Golpe de Estado. El País con la Constitución". Fue una toma de postura inequívoca en pleno golpe, con el riesgo que eso comportaba, en defensa de la convivencia democrática dentro de la Constitución y las leyes conforme a un orden económico y social justo. Era, en definitiva, la postura de todos los que amábamos la libertad recién instaurada por la Constitución de 1978.

Al decir que estaba inequívocamente con la Constitución, el diario El País venía a afirmar -y hay que entender que su pronunciamiento era sincero- que estaba a favor de la indisoluble unidad de la Nación española, que España era la patria común e indivisible de todos los españoles, y que la soberanía nacional residía en el pueblo español, del que emanan todos los poderes del Estado.

El 2 de octubre de 2017, tras el intento fracasado de referéndum organizado desde la Generalidad por los independentistas, el País publicó la noticia del siguiente modo: "Grave crisis institucional por la desobedencia de la Generalitat. El Gobierno impide por la fuerza el referéndum ilegal". Y su editorial se titulaba "Frente a la insurrección, la ley, pero solo la ley.

El domingo pasado, 10 de febrero de 2019, tras una significativa manifestación del pueblo español, pidiendo la convocatoria de elecciones por entender que, al ir accediendo una tras otra a las pretensiones de los golpistas catalanes, el actual presidente del Gobierno estaba poniendo en peligro la unidad de España, la portada del diario "El País" fue: "La derecha escenifica su unidad ante decenas de miles de manifestantes".

La simple comparación de las indicadas portadas demuestra que el alcance que el diario de PRISA dio a estas dos últimas noticias fue muy diferente a la del golpe de Estado de 1981, lo cual suscita, al menos a mí, diferentes consideraciones.

La primera es que para ese diario parece que solo pueden poner en peligro la Constitución, hasta el punto de tener que salir en su defensa, un grupo muy minoritario de militares. En cambio, todo un Gobierno autonómico, su Parlamento, y las fuerzas del orden de ese ente territorial, hagan lo que hagan -salvo que empleen las armas- no pueden poner en peligro la Constitución ni uno sus pilares esenciales como es la unidad de España. Y ello a pesar de que la Generalidad se atrevió a declarar unilateralmente la independencia de Cataluña y a autoproclamar la república.

La segunda consideración es que si el que ocupa el Gobierno es el PSOE, sea cuales sean los grupos políticos que lo sustenten, incluidos los independentistas catalanes, la unidad de España por definición no está nunca amenazada, salvo, como ya se ha dicho, que tuviera lugar una intentona militar. Por tanto, los de ideología de izquierda o de centro izquierda, como el diario "El País", ante el golpe de Estado jurídico de los independentistas, no se ven concernidos a defender la Constitución con el mismo vigor que en 1981, porque cualquier ataque contra la Constitución y las leyes perpetrado desde un ente territorial del Estado no merece más calificación que un acto de insurrección y un editorial de denuncia.

Finalmente, la tercera y última consideración es que una manifestación de varios cientos de miles de ciudadanos en demanda de nuevas elecciones democráticas por las cesiones humillantes del Gobierno de la nación a los independentistas catalanes que bordean cuando no traspasan los límites de la Constitución, ha de ser interpretada "como una escenificación por parte de la derecha de su unidad".

A día de hoy, no serán pocos los que consideren que a veces el excesivo apego a los que ostentan el poder puede llegar a nublar la razón ideológica, hasta el punto de verse obligado a reaccionar con desgano frente a ataques golpistas, jurídicamente hablando, contra la Constitución. Y es que desgraciadamente el diario "El País" no ha mantenido, en el pulso de los constitucionalistas contra los independentistas catalanes, la postura que defendió con tanto ahínco y acierto cuando el golpe de Estado fue militar y no jurídico como el de nuestros días.